Fuentes del Hospital Mary Chiles indicaron que quince personas han sido internadas en el centro: doce estudiantes, uno de ellos de ocho años, dos guardas de seguridad y un vendedor.

La explosión sucedió sobre las 16.30 hora local (08.30 GMT), a unos 300 metros del Palacio de Malacañang, residencia oficial de la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo.

La docena de escolares heridos pertenece a La Consolación, el Colegio San Beda, el Colegio del Espíritu Santo y uno a la Universidad Politécnica de Filipinas.

El jefe de los cuerpos de seguridad de la Presidencia, el general de brigada Romeo Prestoza, señaló que el incidente era un asunto policial y no un ataque contra las instituciones del Estado.

Artificieros de la Policía señalaron que la explosión se debió a una granada de fragmentación MK-2 colocada debajo de un coche Honda CRV, de matrícula XDB-530, situado en la entrada del colegio privado La Consolación.

El director de la Policía regional, Gary Barias, indicó a la prensa que el incidente se produjo cuando los estudiantes se hallaban en clase y que testigos vieron a un hombre con una camisa roja y una gorra que corría poco antes de la detonación.

Cuatro estudiantes han sido llevados a la comisaria para ser interrogadas sobre los hechos.

La Policía Nacional había elevado hoy la alerta poco antes de la explosión para prevenir actos terroristas con motivo de la Semana Santa.

El incidente se produce después de que los cuerpos de seguridad hubieran advertido de que habían tenido lugar en Manila enfrentamientos entre bandas rivales de estudiantes.

El sábado pasado, dos jóvenes de 19 y 21 años de edad del Instituto de Tecnología Mapua murieron apuñalados en el casco antiguo de Manila, Intramuros, por otros miembros del mismo centro, según un testigos.

La Policía atribuyó sus muertes a un "ajuste de cuentas" entre pandillas rivales.