En una entrevista con EFE con motivo de la cumbre hispano-alemana el próximo jueves en Mallorca, Steinmeier afirmó que desde el principio quedó claro que Kosovo -la provincia serbia de mayoría albanesa administrada por la ONU desde 1999- es "sui generis".

"No hay ninguna situación comparable a Kosovo, ni en España ni en los tantas veces mencionados conflictos del sur del Cáucaso. Por eso Kosovo no sentará precedente", subrayó.

Kosovo, la política euromediterránea, América Latina y Oriente Medio serán algunos de los temas que Steinmeier tratará con su colega Miguel Ángel Moratinos en la cumbre, que la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovecharán para hablar de medioambiente, nuevas tecnologías, emigración, integración y política energética.

Consciente del interés con el que se sigue la resolución del estatus de Kosovo, tras el fracaso de la mediación de la ONU al oponerse Rusia a avalar en el Consejo de Seguridad su independencia, Steinmeier no especuló sobre cual sería el momento adecuado para proclamar su soberanía, pero dio por hecho que el momento llegará: "No podremos detener el curso de la Historia", subrayó.

Recordó que la comunidad internacional buscó larga e intensamente una solución negociada entre albano-kosovares y serbios, "objetivo que lamentablemente -dijo- no se logró ni se alcanzará en el futuro".

"La cuestión ahora es que ninguna de las dos partes dé pasos precipitados y sin coordinarlos", agregó Steinmeier, quien a la pregunta de cómo reaccionará la Unión Europea a una declaración de independencia respondió que, aunque eso corresponderá a cada Estado decidirlo, "estoy seguro de que habrá una gran coincidencia".

En concreto, dijo que Alemania decidirá su posición -cercana la más generalizada en la UE y a la de EEUU a favor de una soberanía tutelada internacionalmente- "cuando se de el caso, que naturalmente no nos pillara desprevenidos".

Steinmeier fue más explícito al pronunciarse sobre el proyecto del presidente francés Nicolas Sarkozy, el primer ministro italiano, Romano Prodi y Rodríguez Zapatero de crear una "Unión para el Mediterráneo".

"Esa propuesta debe producirse en el marco de la UE y estar abierta a todos sus miembros, pues el Mediterráneo es un espacio de cooperación decisivo y su desarrollo afecta a la Unión", sostuvo el ministro y agregó que si la propuesta se mantiene cerrada "existe el riesgo de que se produzca una escisión de la UE en cuestiones centrales de política exterior".

"Hay que discutir qué forma concreta debe tener la política europea en el Mediterráneo. Este será sin duda un tema (para hablar) en Mallorca", dijo Steinmeier, que defendió el diálogo y la cooperación que la UE mantiene con los países ribereños a través del Proceso de Barcelona y de la política comunitaria de vecindad.