Taylor está acusado de crímenes de guerra y lesa humanidad por fomentar el enfrentamiento civil que sufrió Sierra Leona entre 1991 y 2002 y que causó cerca de 50.000 muertos.

Presidente de Liberia entre 1997 y 2003, Taylor está acusado, entre otros cargos, de asesinato y mutilación de civiles, uso de mujeres y niñas como esclavas sexuales y reclutamiento forzoso de niños y adultos en la guerra en Sierra Leona.

El profesor universitario canadiense Ian Smillie declaró ante la corte, en calidad de experto, que en Sierra Leona "todo gira en torno a los diamantes".

La Fiscalía del TESL atribuye a Taylor, que hoy estuvo presente en el juicio, haber financiado y controlado a los rebeldes del sierraleonés Frente Unido Revolucionario (RUF, en sus siglas en inglés).

Como prueba, la Fiscalía proyectó durante el juicio fragmentos de varios documentales, entre ellos "Blood Diamonds", en el que participó el experto llamado hoy a declarar.

Según este trabajo, Taylor utilizó a los rebeldes del Frente Unido Revolucionario para introducir una "cantidad sustancial de diamantes ilegales en el mercado mundial y usó los beneficios para la compra de armas, lo cual reforzaba el poder del RUF".

En otra de las piezas mostradas, un liberiano explica cómo los rebeldes cortaron sus manos a golpe de machete, mientras le decían que así le arrebataban el derecho a participar en política "porque, entre otras cosas, ya no podríamos ejercer nuestro derecho al voto".

La jueza Julia Sebastidina, que preside el caso, solicitó a los fiscales que se centrasen en el núcleo de la acusación.

"Pruebas son pruebas y no estamos aquí para ver películas, nos tienen que explicar la relevancia de estos clips con el testigo en concreto", solicitó Sebastidina.

Por su parte, el testigo especificó que el valor de los diamantes provenientes de Sierra Leona supera el de los diamantes de Liberia.

Los primeros quince minutos del juicio estuvieron marcados por problemas técnicos con las pantallas, pues ni las que presiden las mesas de la defensa ni las de los jueces mostraban las anotaciones sobre la marcha de la vista que suelen aparecer electrónicamente a medida que avanza la audiencia.

La Fiscalía planea llamar para el segundo testimonio a una víctima de los crímenes de guerra presuntamente ocurridos durante la guerra de Sierra Leona, así como a un liberiano del círculo cercano del acusado.

En total, los fiscales quieren contar con un total de 144 testigos, si bien esperan presentar por escrito gran parte de estas declaraciones, para así ganar tiempo y que los jueces puedan dictar sentencia a finales de 2009.

El proceso en La Haya, que los fiscales estiman podría durar un año y medio aproximadamente, se aplazó en junio pasado, después de que Taylor rechazara el primer equipo legal que lo defendía y boicotease los procedimientos del tribunal.

Por motivos de seguridad, el TESL se trasladó a la sede de la Corte Penal Internacional en La Haya para celebrar el juicio.