"El trabajo prosigue para concluir la formación y equipamiento de las Fuerzas Armadas iraquíes con la finalidad de que asuman el control de la seguridad en todo el país, y en la provincia de Basora" (580 kilómetros al sur de Bagdad), declaró Maliki, según un comunicado de su oficina.

Basora es la última de las provincias iraquíes bajo control británico en el sur de Irak.

En la nota, divulgada después de que Maliki recibiese al titular de Defensa británico, de visita en Bagdad, el jefe del Gobierno iraquí destacó que "nuestras fuerzas ahora son capaces de afrontar con responsabilidad los desafíos y las agresiones".

Asimismo, reiteró que "no desistiremos de continuar por la senda de la reconciliación nacional pese a las dificultades y obstáculos que generan algunos que no desean que perdure y que tenga éxito".

Por su parte, Browne reiteró el apoyo de su país al Gobierno iraquí y el deseo de continuar con la colaboración para que Irak recupere la estabilidad y mejore su situación económica, especialmente en Basora.

El ministro británico también se reunió con su colega iraquí, Abdel Qader Mohamed Yasem, con el que dialogó sobre la situación de seguridad que vive Basora, y el nivel de preparación de las fuerzas iraquíes para hacerse cargo del orden y la seguridad en esa provincia.

Casi un millar de soldados británicos están en estado de alerta de cara a su envío a Irak antes de finales de diciembre para cubrir la entrega de la provincia de Basora a las autoridades iraquíes, informó el domingo pasado el periódico británico "The Sunday Times".

Ese envío supone un incremento general en el contingente británico en Irak, a pesar del compromiso hecho este mes por el primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, de reducir la presencia en 1.000 militares antes de final de año.

El Reino Unido tiene en la actualidad unos 5.000 soldados en Irak, donde, desde el inicio de la invasión liderada por EEUU en marzo de 2003 han muerto 171 militares británicos, 133 de ellos por fuego hostil.