La reunión a puerta cerrada, la segunda de este tipo tras una que tuvo lugar en Nueva York, fue precedida por una sesión preparatoria entre los tres miembros de la "troika".

El enviado de la UE, el diplomático alemán Wolfgang Ischinger, declaró antes de las conversaciones que el proceso para decidir el futuro de ese territorio ha entrado en una "fase decisiva", aunque reconoció que lo máximo que se puede esperar de esta reunión entre serbios y albano-kosovares son "avances".

Por ello, avanzó que "no sería una expectativa realista" para hoy esperar algún tipo de acuerdo.

Añadió que lo máximo que se puede esperar de esta cita de Bruselas son "avances", ya que las dos partes "todavía están muy alejadas", y si bien hasta ahora "hemos visto progresos, no son suficientes".

La sesión de hoy consiste en una sesión plenaria en la que serbios y albano-kosovares expondrán sus respectivas propuestas, que serán debatidas por todos los asistentes.

A continuación, la "troika" se reunirá por separado con las delegaciones de Belgrado y Pristina para analizar los posibles avances y preparar el terreno para la próxima reunión, prevista para el día 22 ó el 23 en Viena.

Ischinger reconoció que no sabía si en la reunión de hoy las dos partes aportarán nuevos elementos que permitan una aproximación, pero advirtió de que la "troika" quiere ir logrando progresos, porque "no vamos a estar sentados y perder el tiempo".

También dejó claro que "es necesario reconocer" que si de verdad se quiere un acuerdo una o las dos partes tendrán que tomar "decisiones dolorosas".

La "troika" tiene previsto presentar un informe a la ONU el 10 de diciembre, y el diplomático alemán reconoció que el tiempo ha comenzado a ser "un elemento importante", por lo que esta cita de Bruselas y la de Viena serán decisivas.

El principal acontecimiento de hoy y de las conversaciones de Viena es que hay "negociaciones directas" entre serbios y los albaneses de Kosovo, que suponen el 90 por ciento de la población de esa provincia serbia, explicó.

En medio de la intransigencia de las posturas -Serbia admite cualquier solución que no suponga la independencia de Kosovo y los albano-kosovares no quieren otra cosa que independizarse-, Ischinger valoró muy positivamente la acción de la "troika".

"Sin el impulso y la dirección de la 'troika' no habrá acuerdo", afirmó, ya que las dos partes "no serán capaces de crear elementos para un compromiso".