Rusia y Estados Unidos no lograron ayer superar sus discrepancias respecto al escudo antimisil estadounidense, el eventual despliegue por Rusia de cohetes de corto y medio alcance y el problema nuclear iraní.

"EE UU presentó hoy (ayer para el lector) su propuesta sobre el escudo antimisil, orientada a buscar soluciones comunes", dijo el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, tras la reunión que mantuvo ayer con su colega estadounidense, Condoleezza Rice, y los titulares de Defensa de Rusia, Anatoli Serdiukov, y de EE UU, Robert Gates. Lavrov precisó que las autoridades rusas "estudiarán" la propuesta norteamericana, de la que no dio detalles. Sin embargo, la propuesta no parece satisfacer a Moscú, que no dudó en hacérselo saber a Washington. "Por el momento se mantienen las discrepancias respecto a los planes de EE UU de emplazar en Europa elementos de su sistema antimisil", dijo Lavrov. También Rice admitió que "no se ha conseguido acuerdo respecto a la defensa antimisiles".

La opción rusa, según Lavrov, consiste en "congelar el despliegue en Europa del tercer bloque de la defensa antimisil mientras prosigan las negociaciones". Además, advirtió que Rusia adoptará las medidas pertinentes para contrarrestar esa eventual amenaza. "Preferiríamos evitar semejante desarrollo" de los acontecimientos, dijo en tono amenazador el ministro, en alusión al eventual abandono por Rusia del Tratado de Moscú de 1987, según el cual ambos países destruyeron sus cohetes de corto y medio alcance y renunciaron a semejantes armas. Rusia amenazó con salir del tratado y desplegar dichas armas como respuesta al despliegue del sistema antimisil. Sin embargo, el presidente ruso, Vladímir Putin, desvinculó el tema del escudo antimisiles, al advertir que Rusia no podrá seguir cumpliendo sus compromisos respecto a los misiles de corto y medio alcance si el tratado no se universaliza y no se suman a él otras potencias.