Al Qaeda ha vuelto a demostrar que ha cobrado fuerza en el Magreb con un doble atentado suicida en la capital de Argelia un día 11 (en Madrid fue el 11 de mayo, en Nueva York el 11 de septiembre y en Bombay el 11 de julio). Las explosiones se registraron en las primeras horas de la mañana, frente al Palacio Presidencial y oficinas del primer ministro, en el centro de Argel, y en una comisaria de Bab Ezzouar, un suburbio al Este de la ciudad cercano al aeropuerto. Los atentados, que causaron al menos 23 muertos y 160 heridos, fueron reivindicados mediante una llamada a la cadena 'Al Yazira' por un portavoz de Al Qaeda en el Magreb Islámico, que aseguró que los responsables fueron tres suicidas que conducían "camiones repletos" de explosivos, y que los cuatro suicidas que se inmolaron en Casablanca pertenecían a este grupo de corte radical islamista.

Pese a tener todas las alarmas y medidas antiterroristas encendidas desde que el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) adoptara el nombre de Al Qaeda en el Magreb Islámico el pasado mes de enero, lo cierto es que los terroristas demostraron que pueden golpear los centros neurálgicos de Argelia. Los atentados, que según testigos fueron perpetrados por suicidas, se registraron en las primeras horas de la mañana. La primera explosión se produjo a las 11.30 de la mañana, cerca del Palacio Presidencial, una zona donde se encuentran las oficinas del primer ministro y otros ministerios, como el de Interior, y su deflagración pudo sentirse a 10 kilómetros de distancia, aseguró la cadena 'Al Yazira'. La segunda explosión ocurrió frente a una comisaría del barrio de Bab Ezzouar, dañando una subestación eléctrica cercana al lugar de los hechos.

La agencia de noticias oficial de Algeria, la APS, informó de que el doble atentado deja un total de 23 muertos y más de 160 heridos, aunque otras fuentes, indican que el número de fallecidos podría ascender hasta la treintena. En todo caso, las autoridades argelinas advirtieron que los balances de víctimas aumentarían con el paso de las horas debido a la gravedad de los atentados. El primer ministro argelino, Abdelaziz Belkhadem, tachó los ataques de "acto criminal que revela la pura cobardía y la traición, en un momento en el que el pueblo argelino reivindica la reconciliación nacional".

La rama de Al Qaeda en el Norte de África reivindicó su autoría en la masacre con una llamada a la televisión 'Al Yazira' de un portavoz de Al Qaeda en el Magreb Islámico, identificado como Abu Mohamed Salah, que reivindicó la responsabilidad de ambos ataques. Según este portavoz, las explosiones fueron perpetradas por tres miembros de Al Qaeda que conducían "camiones repletos" de explosivos. "No descansaremos hasta que cada palmo de la tierra islámica sea liberado de las fuerzas extranjeras", advirtió el portavoz, que además, reclamó la puesta en libertad de "los presos oprimidos en Argelia, Marruecos, Mauritania y en todas partes" y reivindicó los cuatro atentados suicidas ayer en Casablanca que mataron a un inspector de la Policía marroquí.

Vasallo del Islam

Cuando, hace ya seis meses, el GSPC se proclamó "vasallo del león del Islam", que no es otro que el terrorista Osama bin Laden, todas las luces rojas se encendieron en el Magreb. Al Qaeda no tardó en responder con beneplácito al nuevo estatus de los terroristas argelinos, el propio Bin Laden autorizó la rebautización del GSPC como Al Qaeda del Magreb Islámico para "ilustrar la autenticidad del vínculo entre los muyahidin en Argelia y sus hermanos de Al Qaeda". También el número dos de la organización terrorista, Ayman al Zawahiri, daba la bienvenida a los terroristas argelinos. El lugarteniente de Bin Laden animó a los miembros del GSPC a convertirse "en un hueso atravesado en la garganta de los cruzados norteamericanos y franceses". Así, el líder del grupo, Abu Musab Abdulwadud, hizo realidad su deseo de convertirse en una suerte de Abu Musab al Zarqaui -antiguo líder de Al Qaeda en Irak- en el Magreb.