A las cinco de la madrugada -hora peninsular española- de ayer domingo entró en vigor el alto el fuego firmado por el Gobierno israelí y la Autoridad Palestina, un acuerdo que tiene como objetivo poner fin a cinco meses de lucha y por el cual Israel se compromete a abandonar su ofensiva militar en la franja de Gaza a condición de que cesen los ataques con cohetes caseros 'Qassam' sobre suelo israelí, en un acuerdo que todavía deja pendientes muchos cabos sueltos, entre los que se incluye la liberación de los soldados israelíes secuestrados desde el pasado mes de junio o el consenso entre los grupos milicianos palestinos, algunos de los cuales han mostrado profundos recelos ante este posible fin de las hostilidades.

El Gobierno español destacó ayer que el alto el fuego entre israelíes y palestinos es el primer punto de su iniciativa de paz para la región de Oriente Próximo de José Luis Rodríguez Zapatero y expresó su confianza de que el acuerdo alcanzado para la franja de Gaza se haga extensible al territorio de Cisjordania, según explicó un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación español.