Antes de conocerse este dato, uno de los médicos que asisten a Litvinenko reveló que, además, del talio, una sustancia con la que se elaboran los matarratas, el ex espía podría haber sido envenenado con un elemento radiactivo, lo que haría aún más difícil su tratamiento.

"Hay síntomas que concuerdan con un envenenamiento con talio, pero también otros que concuerdan con otro tipo de veneno. No es talio 100%, es quizá un talio radiactivo", declaró el doctor John Henry a la prensa.

Sin embargo, horas después de este diagnóstico, el Hospital Universitario College ha asegurado que es "improbable" que el ex espía ruso fuera envenenado con talio, informa la agencia AFP. Este dato da una nueva dimensión al caso.

Alexander Litvinenko, de 41 años, se encuentra en cuidados intensivos, cada vez más débil. Ha perdido todo el pelo y podría necesitar un trasplante de médula ósea.

Litvinenko, ex agente del antiguo KGB soviético, enfermó tras almorzar el pasado 1 de noviembre con un ´contacto´ en un restaurante japonés en el centro de Londres, mientras investigaba la muerte a disparos de la periodista Anna Politkovskaya.

La policía británica está investigando el caso, que recuerda a la clásica historia de espías de la Guerra Fría. Alexander Goldfarb, un amigo íntimo de Litvinenko que le ayudó a desertar e instalarse en el Reino Unido hace seis años, dijo que sospechaba que el ex agente estaba en la mira del Gobierno ruso.

El Servicio de Espionaje Exterior (SVR) de Rusia ha negado cualquier implicación en el aparente envenenamiento de Litvinenko. "Todas las acusaciones vertidas contra el SVR parecen, como mínimo, poco convincentes", declaró Serguéi Ivanov, jefe de prensa del servicio secreto a la agencia rusa Interfax.