Según los primeros resultados oficiales cuando se ha escrutado entre el 20 y 60 por ciento de los votos dependiendo de las regiones, la gran mayoría de los 25 gobiernos regionales quedaron en manos independientes.

Los apristas conservarían entre tres y cuatro de los doce gobiernos que obtuvieron en 2002 y se han quedado sin su feudo, el norte de Perú, y en concreto sin la Alcaldía de Trujillo, la ciudad más importante del norte y un bastión histórico que el partido de García controlaba desde hace 40 años.

En el caso de los nacionalistas de Humala sólo han conseguido el gobierno de Ucayali, en la frontera con Brasil, y la Alcaldía de Arequipa, pero no han logrado consolidarse en el sur del país, la zona más empobrecida y donde el ex comandante consiguió la mayoría de los votos en las recientes elecciones presidenciales.

La conservadora Unidad Nacional (UN), sin embargo, se ha consolidado en Lima, donde Luis Castañeda obtuvo la reelección, al tiempo que esta alianza triunfó en 17 de los 43 distritos del área metropolitana.

Los resultados de Lima fueron casi una réplica a los obtenidos en la primera vuelta presidencial de abril, cuando los conservadores se hicieron fuertes en la capital, que alberga a una tercera parte de los casi 28 millones de habitantes del país.

Por contra, en la segunda vuelta presidencial de junio pasado ese flujo de votos fueron a García para evitar el triunfo de Humala.

El analista político y director del diario "Perú.21", Augusto Alvarez Rodrich, manifestó a Efe que "la elección de hoy constituye un hito en la profundización de la crisis del sistema de partidos políticos".

Recordó que Perú es el país de Iberoamérica con "el más bajo nivel de satisfacción democrática" y agregó que estos comicios muestran que "la gente va buscando nuevas opciones".

Calificó de "histórica" la derrota de los apristas en Trujillo y sobre Humala dejó claro que ha perdido "todo el sur y todo el país" porque "casi desaparece" del mapa político.

El canal América Televisión difundió la tristeza y las lágrimas que fluyeron en el local del Partido Aprista de Trujillo, el mismo que visitó la semana pasada el primer ministro, Jorge del Castillo, para contribuir a reorganizar la campaña y a calmar a los líderes que estaban envueltos en públicas disputas partidarias.

A través de los medios, los militantes apristas exigieron la "reorganización completa" del partido, que precisamente nació en Trujillo de la mano de Víctor Raúl Haya de la Torre.

"Es un país políticamente cada vez más fragmentado, con un sistema político más caótico", aseveró Rodrich, al vaticinar que "va a ser muy difícil llegar a acuerdos" entre el Ejecutivo central y los gobiernos regionales.

"García se va sentar con la chequera a conversar con cada líder" regional, agregó.

Para el director de "Perú.21", los resultados han demostrado que en Perú hay una "mini-oposición fragmentada", lo que hará más complejo el sistema de toma de decisiones, y fue rotundo al afirmar: "así no se construye un Gobierno".

Además, auguró que bajo esta coyuntura política es probable que surja un candidato fuerte de la derecha en las elecciones presidenciales del 2011.

Y ese candidato, según apuntan distintos analistas, podría ser el reelegido alcalde de Lima, punta de lanza de la coalición Unidad Nacional, pero capaz de atraer el voto de todas las clases sociales, incluidas las menos favorecidas.

Aún así, el analista Rodrich cree que esta opción "no es tan clara", pese a que está en boca de todos, ya que -a su juicio- "es difícil el salto de Lima a la Presidencia".

Y es que en la historia democrática de Perú ningún alcalde de Lima que haya aspirado a la Jefatura del Estado ha conseguido su propósito.