Un total de 50 minutos duraron los discursos de la ceremonia de inauguración del Foro, que permitirá a Pekín ensayar su capacidad de organización y seguridad para los Juegos Olímpicos de 2008.

El lema de la cumbre fue repetido en todos los discursos pronunciados por los dirigentes en el Gran Palacio del Pueblo y que también reza en las miles de banderolas desplegadas en calles y comercios de Pekín.

El consejero de Estado, Tang Jiaxuan, presidió la apertura de la cita de dos días en la que intervino como anfitrión el presidente chino, Hu Jintao, y que fue precedida de una vistosa ceremonia, en la que los presidentes estamparon su firma en sellos conmemorativos.

En el mismo edificio, empresarios chinos y africanos se reunían en paralelo para abordar formas concretas de cooperación.

Por la noche, un banquete y una gran gala para celebrar la cita histórica que intenta probar "la igualdad y confianza que sustentan la cooperación beneficiosa para ambas partes" -China y Africa-, según el Diario del Pueblo, órgano del Partido Comunista de China.

Hu anunció que China ofrecerá hasta 5.000 millones de dólares en préstamos preferenciales y créditos (de carácter sobretodo comercial), duplicará la ayuda al continente en el periodo de 2006 a 2009 y creará un fondo conjunto para el desarrollo.

"Nuestra cumbre hará historia", auguró hoy Hu.

La prensa no dejó hoy de destacar que China, hasta hace poco subdesarrollada, y Africa "compartieron penas y deben disfrutar del desarrollo con el modelo de cooperación que deseen".

En los preparativos de la cumbre, altos funcionarios chinos y africanos destacaron el papel de China en Africa durante décadas, iniciado con la solidaridad política en la Guerra Fría y que evolucionó hacia la cooperación económica.

"La amistad chino-africana resistió al tiempo y a los cambios internacionales. Debemos pensar cómo incrementar la cooperación apoyándonos mutuamente ", afirmó la viceprimera ministra, Wu Yi.

La "Declaración de Pekín" que firmarán mañana, domingo, los líderes en la clausura de la cumbre, está destinada, según medios oficiales, "a establecer un nuevo tipo de asociación estratégica basada en la confianza, la cooperación económica y los intercambios".

Las proclamadas intenciones chinas afrontan recelo de países por la sed del gigante asiático de petróleo, minerales, mercados y aliados y quejas de sindicatos y negocios africanos.

Según el Banco Mundial, China va en camino de convertirse en el mayor prestamista de los países africanos, pero también de contribuir a incrementar la corrupción y la deuda.

Por su parte, grupos defensores de los derechos humanos, como Human Rights Watch (HRW), instaron a Pekín a ejercer su influencia diplomática y económica para presionar hacia la mejora.

"China insiste en que no interfiere en asuntos internos, pero al proclamarse amiga del pueblo africano no debe quedarse silenciosa".

Como ejemplo citó el que empresas chinas poseen el 40 por ciento de instalaciones en Sudán y el bloqueo por Pekín de resoluciones de la ONU contra el Gobierno sudanés.

"Vimos cómo China presionó a Corea del Norte para regresar a la mesa de negociaciones y esperamos esfuerzos similares con países donde la situación es catastrófica", dijo, tras referirse a la venta a Zimbabue de tecnología que permite controlar las comunicaciones.

Los 3.000 delegados que asisten a la cumbre son de países que reconocen a la República Popular y están ausentes los 5 que tienen relaciones con Taiwán: Burkina Faso, Santo Tomé y Príncipe, Suazilandia, Gambia y Malaui.

China logró en el último lustro que 3 países rompieran sus lazos con Taipei: Liberia (2003), Senegal (2005) y Chad (2006).

China, segundo consumidor del mundo de petróleo tras EEUU, importa el 30 por ciento de Africa e invierte miles de millones de dólares en explorar crudo y gas en Angola, Chad, Sudan y Nigeria.

El comercio chino-africano excederá los 50.000 millones de dólares en 2006, un 20 por ciento más que en 2.005, según Zhou Yabin, director del departamento de Africa del Norte y Occidental del ministerio de Asuntos Exteriores, para quien "las economías son complementarias".

Más de 800 empresas chinas con una inversión de 6.000 millones de dólares están en Africa mediante acuerdos con 28 países y con proyectos de ingeniería, construcción, petroquímica, educación o salud y Pekín piensa impulsar las agrícolas y alimentarias.

Las exportaciones chinas a Africa alcanzaron los 11.000 millones de dólares en la primera mitad de 2006, aumento del 30 por ciento respecto al mismo período de 2005, mientras que las importaciones fueron de 14.600 millones de dólares, aumento del 51 por ciento.