Los veinticinco miembros actuales de la UE, más Bulgaria y Rumanía cuyo ingreso está previsto en 2007, acordaron el difícil reparto de los fondos para el septenio que irá de 2007 a 2013, después de casi dos años de enconadas negociaciones.

El primer ministro británico, Tony Blair, pone fin con éxito a un semestre en el que se ha ufanado de haber introducido a Europa por la senda de la modernización, aunque el presupuesto aprobado diste mucho de ser ambicioso.

No obstante, el acuerdo sobre las "perspectivas financieras" permite a Europa "ir hacia adelante y mostrar solidaridad con los nuevos Estados miembros", declaró en rueda de prensa un satisfecho y fatigado Tony Blair.

El pacto, añadió, "retira un gran obstáculo para que Europa pueda moverse en la dirección adecuada de la modernización".

También el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que había sido muy crítico con las anteriores propuestas financieras de la presidencia británica, elogió el compromiso.

En virtud de él, el Reino Unido accede por primera vez a un recorte, de unos 10.500 millones de euros, del "cheque" que recibe anualmente de la UE como compensación por el escaso aprovechamiento que hace de las ayudas agrícolas europeas.

A cambio, obtiene de sus socios la promesa de que la estructura del presupuesto europeo será reexaminada a mitad del período (2008-09), aunque los ajustes, especialmente cualquiera que pudiera afectar a los gastos agrícolas, no serán introducidos con toda seguridad hasta después de 2013.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, a quien le corresponderá presentar propuestas sobre esa revisión, avanzó que acometerá la tarea "sin tabúes".

El marco presupuestario aprobado hoy contempla un nivel máximo de gasto de 862.363 millones de euros para el conjunto del período 2007-2013 (un 1,045 por ciento de la Renta Nacional Bruta (RNB) de los 27), lo que supone un ligero aumento respecto del 1,03 propuesto el pasado miércoles por los británicos.

Finalmente, la hábil táctica negociadora de Blair ha conducido a la aprobación de un marco presupuestario con menos recursos que los presentados por la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y la anterior presidencia de turno luxemburguesa.

La aprobación definitiva del marco financiero plurianual no llegará hasta que el Parlamento dé su visto bueno, lo que no será posible, según advirtió su presidente, Josep Borrell, sin un aumento de los recursos en algunos miles de millones de euros suplementarios.

El acuerdo final mantiene el mecanismo del "cheque británico", pero introduce un mecanismo que corrige su crecimiento incontrolado.

Blair, que tuvo que aceptar una reducción aún mayor de la dotación futura del "cheque británico" -que aun así seguirá aumentando- debió defenderse a fondo de los ataques de la prensa doméstica, que le acusa de ceder el dinero mientras que Francia mantiene su derecho de veto sobre la reforma del gasto agrícola.

El presidente francés, Jacques Chirac, no tuvo reparos en elogiar el gesto "políticamente difícil" realizado por Blair, al aceptar que el cheque sea "profundamente reformado" y así asumir su parte del coste de la ampliación.

Se trata de una reforma "profunda y permanente" del cheque, del que sin embargo "nadie" había pedido su abolición, puntualizó Chirac en rueda de prensa.

"La experiencia prueba que cuando Alemania y Francia están de acuerdo sin fisuras, la política europea se desarrolla normalmente, pero si hay divergencias importantes, el sistema se bloquea", explicó Chirac.

La canciller alemana, Angela Merkel, que tuvo un exitoso estreno en un Consejo Europeo, se felicitó por el hecho de que, tras el acuerdo, los líderes de la UE puedan ahora empezar a dedicarse "a otros asuntos importantes" para el futuro de la Unión Europea, como son el papel de Europa en el mundo, el desafío de la globalización y el futuro de la Constitución.