Esta cuestión, de la que informa hoy el diario "The Independent", surge mientras los miembros del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento investigan las informaciones según las cuales más de 400 vuelos de la CIA emplearon supuestamente aeropuertos británicos para para trasladar a sospechosos de terrorismo a centros de tortura clandestinos en terceros países.

Benyam Mohammed al Habashi, ciudadano etíope de 27 años y residente en el Reino Unido, donde solicitó asilo político, denunció haber sido objeto de torturas tras su entrega a la CIA por el M16.

El etíope había sido detenido en el aeropuerto de Karachi por estar en posesión de un pasaporte falso, y la CIA le acusó de ser cómplice de un plan para hacer estallar una minibomba nuclear en Estados Unidos.

Al Habashi declaró que le condujeron a centros de detención de la CIA y aseguró que le interrogaron durante 18 meses en una prisión de Marruecos, donde le mutilaron los órganos sexuales.

Según su testimonio, también le tuvieron encadenado durante días al suelo de una celda oscura en la capital afgana, donde se hizo adicto a la heroína.

El abogado de Habashi, Clive Stafford, cree que su cliente es el primer británico entregado por Estados Unidos a torturadores de terceros países para que lo sometieran a interrogatorio.

Habashi se enfrenta a un juicio ante un tribunal militar en Guantánamo, centro de detención de los Estados Unidos en Cuba, donde podría ser condenado a cadena perpetua.

En declaraciones a la BBC, el ministro británico de Asuntos exteriores dijo no tener pruebas de que la CIA haya utilizado aeropuertos del Reino Unido para las actividades de que se la acusa.

La organización británica de derechos humanos Liberty ha exigido que se esclarezca la verdad sobre esos vuelos.

Sin embargo, según Straw, las investigaciones realizadas hasta ahora indican que "en ningún momento Estados Unidos solicitó permiso al Reino Unido para utilizar su territorio o su espacio aéreo" en ese tipo de actividades.

Straw señaló que, bajo la anterior presidencia estadounidense de Bill Clinton, se recibieron y aprobaron dos solicitudes de vuelo para el traslado de sospechosos a Estados Unidos para ser sometidos allí a juicio.

En otro caso, precisó el jefe de la diplomacia británica, relativo a un sospechoso que debía ser trasladado a un tercer país, él mismo rechazó la correspondiente solicitud de EEUU porque, según dijo, no estaba "satisfecho" con las circunstancias.