Treinta personas murieron y más de 20 resultaron heridas en un ataque suicida contra un autobús en Bagdad, el último en la oleada de violencia que azota el país y que crece según se acercan las elecciones parlamentarias del 15 de diciembre.

El nuevo atentado ocurrió hacia las 11.00 hora local, cuando un suicida hizo estallar la carga explosiva que tenía adosada al cuerpo en medio de los pasajeros del vehículo en una estación de autobuses del barrio de Al Nahda, según fuentes policiales y médicas.

"La explosión ocurrió cuando el autobús iba a salir de la estación con dirección hacia la ciudad de Naseriya", a unos 400 kilómetros al sur de la capital, según dijo el capitán de Policía Salam Jatab, que no descartó que las víctimas sean en su mayoría chiíes.

Según Jatab, otros cuatro autobuses quedaron dañados por el ataque, el más sangriento en Bagdad desde hace varios meses.

Las fuerzas de seguridad acordonaron toda la zona en la que se produjo el ataque, mientras que las ambulancias trasladaron a los heridos a cuatro hospitales de Bagdad. Esa misma estación de autobuses, de la que parten vehículos para las distintas ciudades del país, sufrió un triple atentado en el que perdieron la vida más de 40 personas.

El pasado martes, 27 policías perdieron la vida en un atentado similar en el que más de 30 personas resultaron heridas, perpetrado por dos mujeres en el interior de la Academia de Policía, en el este de la capital.

El Gobierno iraquí acusa a la insurgencia de intensificar su campaña de violencia para hacer fracasar los comicios del próximo día 15, en los que será elegido el primer Parlamento no provisional desde la caída del régimen de Sadam Husein, en abril de 2003.

La inseguridad y las repetidas ofensivas de las fuerzas estadounidenses e iraquíes en las áreas suníes han llevado a la Asociación de Ulemas Musulmanes (AUM), que representa a los árabes suníes, a anunciar que boicoteará las elecciones.

Otros grupos políticos suníes, incluido el Partido Islámico Iraquí (PII), condenaron las campañas militares en las zonas de esa comunidad, donde se concentra la insurgencia, pero dijeron que participarán en las elecciones.

El actual Parlamento iraquí está dominado por los chiíes y los kurdos debido a que la comunidad suní, que representa el 20 por ciento de la población de Irak, de 24 millones de habitantes, boicoteó en su mayoría las elecciones de enero pasado.

Por otra parte, un candidato a diputado en las elecciones legislativas previstas para el jueves próximo fue asesinado a tiros ayer por un grupo de desconocidos en un barrio de la capital iraquí. Abdulsalam al Friyi, que pertenecía a la lista electoral del Movimiento del Pueblo de Irak (MPI), de tendencia laica, murió en una emboscada tendida en la zona de Al Azamiya, en el centro de Bagdad.