"Fue como un terremoto", afirmó Reza Sadeqi, un comerciante de 25 años que presenció el momento en que el avión se estrellaba contra el edificio. "La fuerza del impacto me lanzó a tres metros de distancia en el interior de mi tienda", explicó. "Pude sentir el calor del incendio causado por el accidente. Fue como estar en el infierno", relató. El accidente de ayer es uno más de la historia de la aviación iraní, que tiene uno de los parques aéreos menos confiables del mundo, compuesto en su mayoría por aparatos manufacturados en Rusia. La principal razón son las sanciones impuestas por Estados Unidos hace 30 años, tras el triunfo de la Revolución Islámica que derrocó al régimen del pro occidental último Sha de Persia. En la ultima década, el país ha sido escenario de varios accidentes aéreos, el más grave ocurrido en febrero de 2003 cuando un aparato se estrelló por motivos técnicos y perdieron la vida 276 pasajeros.