La actividad de la insurgencia iraquí ha repuntado con fuerza en el oeste del país, donde en los últimos tres días han muerto en combate 14 soldados estadounidenses y más de una decena de policías locales. El agravamiento de la violencia coincide con el inicio de otra ofensiva militar norteamericana, emprendida esta semana con el objetivo de salvaguardar la seguridad durante las próximas elecciones parlamentarias, previstas para el 15 de este mes.

Desde hace días, miles de marines estadounidenses, precedidos por militares y policías iraquíes, rastrean puerta a puerta y combaten cuerpo a cuerpo a grupos rebeldes en diversas zonas del denominado "triángulo suní", feudo insurgente en Irak.

Aunque menos numerosos y peor equipados, los rebeldes cuentan con la ventaja de conocer el terreno, ya sea en las zonas frondosas, plagadas de palmerales, de la ribera del Eúfrates; o en los edificios de las ciudades, de estrechas calles, ambas perfectas para la guerra de guerrillas.

En una de esas emboscadas, 19 soldados iraquíes murieron y cuatro resultaron heridos al estallar un artefacto al paso de un convoy militar por la localidad de Al Ediem. Según el relato de la Policía, tras la explosión una partida de hombres enmascarados y armados con fusiles de asalto abrieron fuego contra la caravana antes de darse a la fuga.

Horas antes, otro grupo de insurgentes emboscó un segundo convoy militar iraquí en la provincia de Diyala, sin que se haya informado de víctimas.

En un ataque similar perdieron la vida la vida el pasado jueves diez soldados estadounidenses, atacados en un área industrial ubicado a medio camino entre las ciudades rebeldes de Faluya y Ramadi, en el oeste de Bagdad. Una unidad de marines, que patrullaba a pie, se vio sorprendida por una bomba, a la que siguió una salva de morteros que dejó asimismo once uniformados heridos.

El ataque fue uno de los más cruentos sufridos por los marines desde que en marzo de 2003 comenzara la invasión y posterior ocupación de Irak.

En los dos últimos días, otros cuatro soldados estadounidense han muerto tiroteados en diversos lugares de la provincia de Al-Anbar, una de las más grandes del país. Además, tres militares norteamericanos han muerto en un accidente de tráfico en la misma zona.

El Ejército de EE UU espera que la actividad rebelde se recrudezca a medida que se acerque el 15 de diciembre, fecha señalada para concluir el proceso de transición. Ese día, los iraquíes están convocados a las urnas, en esta ocasión para elegir un Parlamento que ya no será de transición y que dará paso a un nuevo Gobierno.