El Tribunal especial iraquí que juzga al ex presidente Sadam Husein aplazó ayer la vista hasta el próximo 5 de diciembre para permitir a los abogados que replanteen la defensa del dictador, quien mostró una vez más su rostro más desafiante.

Sadam Husein volvió a ser el único protagonista del proceso, pese a que este lunes apareció el primero de los testigos y en la bancada de sus letrados destacaban personajes de renombre como el ex ministro de Justicia norteamericano, Ramsey Clark.

El ex presidente llegó a la sala con un ejemplar de El Corán bajo el brazo, el rostro sereno pero la mirada visiblemente enfadada por el trato que le habían dispensado los soldados norteamericanos.

Tras desear "paz a los hombres de paz", sus primeras palabras fueron para pedir "calma" a los muyahidin (combatientes islámicos) y exigir al juez, el kurdo Rizgar Mohamed Amin, que ordenara a los norteamericanos más cortesía "porque ellos son ocupantes y tú un iraquí".

"¿Cómo es posible que un acusado pueda defenderse cuando es esposado y su bolígrafo y sus papeles son confiscados?", se quejó Sadam al juez.

Después, se acomodó en la silla, se ajustó unas gruesas gafas de pasta negra y escuchó con atención el testimonio del primer testigo de este complicado juicio: Wahad Ismail al Sheij, un ex oficial de alto rango de su depuesto régimen.

Al Sheij era, sin embargo, un testigo virtual, ya que no se encontraba en la sala.

Sus palabras llegaron a través de una cinta de vídeo que al parecer grabó poco antes de morir hace tres semanas en un hospital de Irak.