Un total de 221 mineros trabajaban en el subsuelo de la Mina de Carbón de Dongfeng cuando el domingo a las 21.40 hora local (13.40 GMT) se produjo una explosión en el pozo, propiedad de la filial en la ciudad de Qitaihe del grupo minero Heilongjiang Longmei.

La cifra de supervivientes es superior a la que se calculó en las primeras horas, cuando se hablaba de unos 70 trabajadores vivos.

Los equipos de rescate, formados por más de 250 efectivos, continúan los trabajos para sacar del interior del pozo accidentado a los atrapados.

El Grupo Longmei es un conglomerado empresarial compuesto por las cuatro principales minas estatales de la provincia de Heilongjiang y tiene un capital registrado de 1.600 millones de dólares (1.370 millones de euros).

El gobernador provincial, Zhang Zuoji, fue al lugar del accidente para supervisar las labores de rescate, que coinciden con unos días marcados por la tragedia en esa provincia, uno de cuyos ríos, el Songhua, está afectado por un vertido de 100 toneladas de benceno y nitrobenceno.

El director de la Administración Estatal de Seguridad Laboral del Estado, Li Yizhong, que acababa de regresar a Pekín desde Harbin para supervisar las labores de limpieza del río, viajó hoy de nuevo a la misma provincia por el accidente minero.

El sector del carbón chino registra cada año un 80 por ciento de las muertes del sector mundial, en concreto 6.027 en 2004, según cifras oficiales.

La principal causa de los accidentes es la falta de medidas de seguridad en muchas de ellas y la sobreexplotación de los pozos (muchos de los accidentes ocurren de madrugada), que contribuye a que aumenten los niveles de gas en el interior de esas instalaciones.

Sólo este año China ordenó el cierre de 13.000 explotaciones por considerar que no disponían de las necesarias medidas de seguridad, pero muchas siguieron funcionando en connivencia con los políticos locales, que en muchos casos tienen acciones de las minas o son incluso dueños de ellas.

El carbón provee más de un 70 por ciento de la energía en China, un país que busca otras fuentes para alimentar su rápido desarrollo económico, con la construcción de nuevas centrales nucleares y la inversión en energías como la solar, la eólica o la geotérmica.