Angela Merkel hizo ayer historia al convertirse en la primera mujer que llega a canciller de Alemania, un hecho que, según dijo el presidente del Parlamento, Norbert Lammert, al anunciar su elección, es "una señal para muchas mujeres y también para algún que otro hombre".

Pese a la histórica ocasión, Merkel aceptó su elección con la reserva y seriedad que le caracterizan y al abandonar el pleno sólo dijo que está "contenta".

La elección de Merkel es extraordinaria no sólo porque se trata de la primera mujer que llega a la Cancillería, sino también porque es germano-oriental y porque dirigirá la primera gran coalición entre democristianos y socialdemócratas en 39 años.

De ahí que el resultado de su elección en el Parlamento, con el voto de 397 de 612 diputados, fuera relativamente modesto y que 51 parlamentarios de los partidos de la nueva coalición, Unión Cristianodemócrata (CDU), Unión Cristianosocial (CSU) y Partido Socialdemócrata (SPD) no la respaldaran.

A la salida del pleno, los diputados de los partidos de coalición se negaron a valorar el resultado alegando que el voto es secreto. Tan sólo uno de los dos líderes del grupo parlamentario del Partido de la Izquierda, Oskar Lafontaine, explicó que los diputados de la CDU hicieron pagar a Merkel el que no ganara claramente las elecciones, y que los del SPD expresaron su repudia a la alianza con los conservadores.

El jefe de la oposición liberal, Guido Westerwelle, quien minutos antes había entregado a Merkel un ramo de flores, dijo que el "edificio de la coalición tiene un fundamento que se tambalea".

En cambio, el jefe del grupo parlamentario del SPD, Peter Struck, señaló que "no hay que dramatizar" la situación, y el nuevo secretario general del mismo partido, Hubertus Heil, afirmó que una vez pasada esta primera prueba y, cuando se trate de votar leyes concretas, todo será más fácil.

Tres horas después y, tras haber recibido las credenciales del presidente, Horst Koehler, Merkel juró el cargo siguiendo la fórmula establecida y concluyendo con la declaración voluntaria: "Que Dios me ayude".

La ceremonia de jura en la sala de plenos del Reichstag de Berlín fue sobria y breve. Las felicitaciones y las flores las recibió Merkel tras su elección por la mañana, siendo el primero en darle la enhorabuena su predecesor, Gerhard Schroeder.

Merkel, que había escuchado el resultado de la elección muy tiesa y sin pestañear, demostró que con ella cambia el estilo en la Cancillería y que, ante todo, quiere demostrar que ve su cargo como una responsabilidad en un momento difícil.

El hecho de que sea una mujer está siendo ya valorado, según señaló la oficina del portavoz del gobierno saliente, como "un hito en la Historia de la República Federal de Alemania".

El presidente del Bundestag provocó no pocas risas cuando, tras la elección de Merkel, declaró: "Esto es una fuerte señal para muchas mujeres y para algunos hombres desde luego también".