El presidente iraquí, Yalal Talabani, diferenció ayer en El Cairo entre terroristas y grupos de la resistencia iraquí, y pidió a estos últimos que depongan las armas y participen en la reconstrucción de un Irak democrático.

Talabani dijo que no ha habido ningún contacto con los grupos insurgentes, pero afirmó que "soy el presidente de todos los iraquíes y doy la bienvenida a cualquiera que decida deponer las armas".

El dirigente iraquí expresó esta postura durante una rueda de prensa ofrecida al margen de una reunión para la reconciliación nacional iraquí, que representantes del Gobierno y de los distintos grupos religiosos y étnicos de Irak celebran desde el sábado en El Cairo.

"Está claro, el terrorismo son aquellas acciones que cometen Abu Musab al-Zarqaui y sus seguidores, así como otros grupos extremistas contra todos los hijos del pueblo iraquí, sean chiíes, suníes o kurdos", dijo Talabani.

De esta forma aludía al grupo 'Organización de Al Qaeda para la Guerra Santa en Mesopotamia', que ha asumido la autoría de numerosos atentados terroristas en diferentes áreas de Irak, y que dirige el jordano Al-Zarqaui. "Estas personas son criminales y terroristas que están llevando a cabo un genocidio contra nuestro pueblo", destacó el dirigente iraquí. Sobre "los grupos armados iraquíes", Talabani considera que "son de dos clases: los que intentan lograr el restablecimiento del derrocado régimen (de Sadam Husein), algo que no conseguirán; y los iraquíes que quieren expulsar a las tropas extranjeras de nuestro país". "A estos últimos, les decimos que la solución no son las acciones armadas sino el diálogo político. Irak es ahora un país abierto y todo iraquí puede expresar sus opiniones libremente e incorporarse a un grupo político legal", añadió.