El ministro británico de Exteriores, Jack Straw, condenó ayer el "repugnante" atentado contra un minibús en Turquía, en el que murieron cuatro personas y otras catorce resultaron heridas, varias de ellas de nacionalidad británica. En un comunicado, Straw repudió el ataque "que ha arruinado las vidas de tanta gente inocente" y expresó que "todas las plegarias están con las víctimas y sus familias". El atentado, que podría haber sido obra de un terrorista suicida, tuvo lugar esta mañana en un minibús en la ciudad turística turca de Kusadasi, en la provincia de Aydin, en la costa del mar Egeo. Straw señaló que "como siempre, nos mostramos muy unidos con la gente de Turquía" a la hora de expresar el pésame por las víctimas y reafirmar la voluntad de impedir "a los terroristas que destruyan nuestros valores".