Al menos doce personas murieron ayer en el oeste y sur de Irak, en dos atentados perpetrados con coche bomba, que se unen a una serie de ataques que en las últimas 24 horas han costado la vida a civiles, policías y responsables políticos.

El ataque que más víctimas ha causado se registró sobre las 09.00 hora local (05.00 GMT) frente a la principal comisaría de policía de Had-za, a unos 360 kilómetros al noroeste de Bagdad, y costó la vida a diez personas, incluidos tres policías, y otras 27 resultaron heridas, según fuentes policiales y hospitalarias.

La onda expansiva derribó parcialmente la comisaría de Hadiza y un edificio oficial contiguo, mientras que numerosas tiendas de los alrededores sufrieron desperfectos y sus ventanas saltaron por los aires. Un atentado similar causó la muerte de dos personas en Kerbala, a unos 130 kilómetros al sur de la capital.

Un portavoz de la Policía, citado por la radio iraquí, explicó que la explosión se produjo en una carretera de la ciudad, santa para la comunidad chií, y aseguró que los dos fallecidos eran los ocupantes del vehículo.

Por otro lado, dos oleoductos, uno en el norte y otro en el sur de Irak, sufrieron hoy sendos ataques de la insurgencia, lo que afectó a la exportación del crudo iraquí, informaron fuentes de la Compañía Petrolífera del Norte de Irak.

Por otro lado, los secuestradores del filipino Ángelo de la Cruz enviaron un comunicado a la televisión qatarí Al Yazira en la que aseguran que no soltarán al rehén si antes de fin de este mes el gobierno filipino no ha retirado a sus tropas de Irak, informa hoy la emisora en su página web. En un principio, el llamado "Ejército Islámico de Liberación en Irak" había dado como plazo hasta el 20 de julio. El mismo canal "Al Yazira" emitió hoy unas nuevas imágenes de De la Cruz, en las que éste agradecía al Gobierno de Manila el compromiso para retirar sus tropas y afirmaba que pronto volverá a casa.

Asimismo, el cuerpo sin cabeza de quien parece ser un occidental ha aparecido a orillas del río Tigris en la ciudad de Beiyi, a 200 kilómetros al norte de Bagdad, informaron fuentes policiales iraquíes. Se cree que es el cadáver de uno de los búlgaros secuestrados por una célula del grupo terrorista Monoteísmo y Yihad.