Protonterapia: Entrevista al Dr. Raymond Miralbell :: Prensa Ibérica

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Entrevista al Dr. Raymond Miralbell

Dr. Raymond Miralbell

Director Médico del Centro de Protonterapia del Grupo Quirónsalud

El doctor nos cuenta el origen y funcionamiento de la terapia con protones

¿Cómo surge la protonterapia como terapia contra el cáncer?

La primera unidad de protonterapia a nivel mundial fue instalada en los EE.UU. a fínales de los años 1950. Ya en 1946, Wilson, físico americano del Harvard Cyclotron Laboratory de la Universidad del mismo nombre, propuso que los haces de protones podían constituir una excelente alternativa a la radioterapia “convencional” con rayos-X (fotones). Ello, consideraba el autor, se debería simplemente a una mejor distribución de la dosis en el tumor en relación con los tejidos sanos de los haces de protones con respecto a los haces de fotones. En efecto, los haces de fotones usados en radioterapia durante la primera mitad del siglo XX carecían de la energía necesaria para alcanzar eficazmente tumores que se hallarán más allá de 3-4 cm de profundidad depositando la mayor parte de la dosis en la piel con el consiguiente riesgo de lesiones cutáneas que ello conllevaba.

Los haces de protones, en cambio tienen la ventaja de una penetración suficiente, dependiente de su energía, para alcanzar de manera eficaz tumores de órganos profundos con la característica añadida de un recorrido limitado del haz, gracias al “frenado” brusco del mismo (pico de Bragg) a la profundidad deseada para no irradiar los tejidos sanos situados más allá del tumor tratado.

¿Cómo funciona este tipo de radioterapia?

Los protones, por definición, son partículas subatómicas con carga positiva contenidas en el núcleo de los átomos. En terapia, se producen a partir de átomos de hidrógeno, a los que se extrae el único electrón del que disponen. De hecho, los átomos de hidrógeno son la suma de 1 protón + 1 electrón, que orbita a su alrededor. Los haces de protones se obtienen en potentes aceleradores circulares de 1 a 15 metros de diámetro, en el interior de los cuales van aumentando su energía a medida que van dando vueltas hasta que, obtenida la energía deseada, son conducidos en forma de haz hacia el paciente para su tratamiento. Las características físicas de los haces de protones, permiten “esculpir” de manera óptima la dosis en el tumor y a su alrededor respetando de manera los tejidos sanos circundantes. Nunca, los haces de fotones por mucho que su poder de penetración haya aumentado desde los años 1980, pueden competir con los protones en este aspecto ya que su efecto continua inexorablemente en los tejidos sanos más allá del blanco a irradiar.

Proteus One en la avanzadilla de la tecnología al servicio de la medicina
Proteus One en la avanzadilla de la tecnología al servicio de la medicina
El sistema permite focalizar el haz de protones sin dañar los tejidos sanos
El sistema permite focalizar el haz de protones sin dañar los tejidos sanos

¿Cuáles son las indicaciones que a priori va a tener este abordaje?

Históricamente, las primeras indicaciones fueron aquellas relacionadas con la resistencia relativa de los tumores a dosis de radioterapia convencional considerada insuficiente e imposible de incrementar por la radiosensibilidad exquisita de los órganos circundantes. Por ejemplo, los tumores intraoculares (melanoma) necesitados de altas dosis para su curación pero rodeados de estructuras muy sensibles como son el cristalino, la coroides y la retina. También, tumores situados en la base de cráneo cerca del agujero occipital, difíciles de extirpar y resistentes a las dosis administrables con radioterapia convencional y no incrementables por la sensibilidad de los nervios ópticos, el tronco cerebral, y partes del cerebro adyacentes al blanco a irradiar.

Hoy en día, se considera, que además de los tumores mencionados, los tumores pediátricos que por su elevado nivel de curación actual (80% a 5 años), es prioritario reducir a toda costa los efectos secundarios inducidos por las radiaciones en los órganos en crecimiento, desarrollo integral y la inducción de canceres radioinducidos en la vida adulta.

Además, un sinfín de indicaciones están siendo investigadas hoy en día como por ejemplo, los tumores cerebrales en adultos jóvenes, o como proteger el corazón en pacientes con cáncer en la mama izquierda en las que la radioterapia sea necesaria. Todo paciente, en la que un incremento de dosis de radiación al tumor sea necesaria para aumentar la probabilidad de control de la enfermedad o, inversamente, en la que una reducción de la dosis a los órganos críticos circundantes sea prioritaria es potencialmente candidato a un tratamiento con protones.

¿Qué requisitos tecnológicos ha de cumplir este sistema?

De manera sucinta el sistema ha de disponer de un acelerador lo más compacto posible, que ocupe el mínimo de superficie, estable y fiable, con una energía suficiente para alcanzar una profundidad de 20-25 cm en el paciente. También es importante que disponga de una tecnología de barrido del haz para optimizar el “esculpido” de los volúmenes blancos a tratar y un sistema de monitorización y corrección on-line de los órganos móviles.

¿Cómo impacta en el abordaje terapéutico y profesional de los médicos?

Muy positivamente, si la comunidad médica sabe gestionar convenientemente este recurso hasta ahora único. Es un privilegio para todo terapeuta del cáncer poder incrementar los medios terapéuticos a su alcance con el fin de practicar una mejor medicina al servicio de los pacientes y además lo más cerca posible de su casa, en su país.

¿Cómo deben ser los equipos médicos que se organizan en torno a este sistema?

Excelentes oncólogos, motivados, dispuestos a aceptar el desafío de poner en marcha algo único y grande. De por sí, los referentes del equipo médico (Dr Carme Ares) y de física médica (Dr Alejandro Mazal) seleccionados son profesionales de gran prestigio internacional con una experiencia de muchos años en el campo de la protonterapia en Europa y los EEUU. Deseamos hacer crecer los equipos con otros profesionales jóvenes dirigidos por los líderes del proyecto y con una formación en centros de referencia antes de incorporarse al proyecto.

Un objetivo estratégico muy importante de nuestro proyecto es federar. En otras palabras, deseamos implementar y desarrollar una organización en red para que oncólogos, neurocirujanos o físico médicos de cualquier centro hospitalario público o privado de España pueda consultar y/o referir pacientes potencialmente candidatos a un tratamiento de protonterapia. Esta es la función en la que me siento más identificado, al haber desempeñado en el pasado en Suiza una función similar de coordinador del Grupo Cooperativo Helvético (Swiss Proton Users Group), red de colaboración de todos los servicios de Radiooncología suizos con el Centro de Protonterapia del Paul Scherrer Institut, cerca de Zurich.

¿Y qué beneficios obtiene el paciente?

El mejor tratamiento, si en su caso, estando indicado le permite no tener que salir de su país. Al servicio también de los ciudadanos, ya que el sistema de sanidad público de nuestro país ha tenido que financiar en los últimos 40 años el coste del tratamiento y hospedaje de todos los pacientes tratados con protones en el extranjero.

¿Hay distinción o limitaciones si se trata a un niño o a un adulto?

No muchas. De hecho, hoy en día la mitad de los pacientes con cáncer infantil son candidatos a una radioterapia en algún momento de su enfermedad. Se considera que al menos una tercera parte de los candidatos a una radioterapia deberían ser tratados con protones. El factor limitante lo constituye la necesidad de anestesiar para conseguir la inmovilidad durante las sesiones de aquellos pacientes de menos de 6 años, pero ello también es así para los tratamientos pediátricos tratados con radioterapia convencional. En pacientes adultos las indicaciones hasta ahora son más restringidas, en parte por una razón de optimización de recursos priorizando aquellas indicaciones para las cuales los protones son imprescindibles como las citadas anteriormente.

¿Cuánto tiempo duran las sesiones de protonterapia?

En promedio, cada sesión dura unos 20 minutos diarios para un adulto y unos 40 minutos para un paciente pediátrico si hay anestesia de por medio. Ello incluye el tiempo de posicionamiento del paciente y verificación de la calidad de la geometría haz-paciente con exactitud milimétrica. El tiempo de irradiación es muy breve pudiendo ser, dependiendo de la dosis administrada y del número de campos de irradiación de 1 a 3 minutos.

Además de tratar el cáncer, ¿qué otras aplicaciones puede tener?

Entendiendo como tumores no cancerosos aquellos que no diseminan en forma de metástasis, existen algunos que pueden ser tributarios de tratamientos con protones. Ello sería el caso de ciertos tumores benignos de los nervios craneales (neurinomas), del cuello (paragangliomas) o de la región hipofisiaria (craniofaringiomas). También, ciertas malformaciones vasculares cerebrales pudieran ser candidatas a un tratamiento con haces de protones aunque hoy en día la radiocirugía convencional con fotones es, sin duda alguna, la indicación por excelencia.

En un futuro próximo, la precisión de haces de protones ultrafocalizados (microbeams) deberán ser considerados para el tratamiento de arritmias cardíacas causadas por la activación patológica de microfocos intracicatriciales postinfarto en el miocardio.