Estudiar una carrera universitaria es una de las decisiones más importantes que podemos tomar en la vida. La responsabilidad que conlleva junto al inevitable cambio que produce en nuestra vida hace que sea muy importante tener claro porqué queremos entrar a la universidad. Por ello es recomendable que sepamos qué vamos a encontrar exactamente una vez entremos en ella, qué puede aportarnos y qué sacrificios requerirá. A continuación presentamos cinco razones por las que quizá es una buena dicisión afrontar esta etapa.

Tener el control sobre los estudios de una forma real

Si siempre hemos tenido claro un determinado oficio, una rama de estudio o una inquietud personal enfocada a una carrera universitaria en particular, podremos con la universidad centrarnos realmente en lo que queremos. La mayoría de cursos escolares en los países están muy estructurados, tocando materias de todos los tipos de conocimiento para despertar el interés en un determinado campo u otro. Aunque es una causa lícita hay ocasiones que se vuelve excesiva, donde a una edad ya más adulta seguimos estudiándolas a pesar de que ya no le vemos utilidad real para el futuro que queremos moldearnos.

En la universidad podremos estudiar lo que siempre deseamos, sin tener apenas desviaciones de ese campo central. Estudiar medicina tendrá muy poca carga de historia o de matemáticas, a la par que si nos orientamos en una línea lingüística estaremos estudiando idiomas y todo lo relacionado con el lenguaje. Ya no hay cambios radicales en nuestro día a día estudiantil, sabiendo que, en un principio, el plan de estudios de nuestra carrera está elaborado de tal forma que todas nuestras asignaturas estarán relacionadas entre sí de forma holística para dar como conjunto un campo de conocimiento que nos convertirá en el profesional que queremos ser.

No obstante debemos tener en cuenta que este control en varias ocasiones es irreal una vez dentro de la carrera. Muchos planes de estudio no se actualizan en condiciones, y al ser potestad de cada universidad en particular podemos encontrarnos que hay facultades de la misma carrera que dan contenidos completamente distintos. En la mayoría de casos esta distinción queda relegada a una mayor acentuación en un determinado aspecto metodológico pero es ya cruzar una línea que no podremos reconocer en muchas ocasiones.

Aumentar las posibilidades laborales en el futuro

Independientemente de las dificultades por las que pase nuestro país siempre tendremos mejores oportunidades laborales cuantos más estudios tengamos. No es cuestión de que el gremio que elijamos tenga mayor o menor demanda, tener una carrera universitaria es haber superado unos años de estudio que han requerido sacrificio y constancia, algo muy valorado siempre. Y es que simplemente tendremos un mayor mercado al que acceder, tanto a trabajos relacionados con nuestros estudios como otros que exijan tener una carrera universitaria, siendo el caso de muchas ofertas del sector público y cada vez más del sector privado.

Es importante marcar en este punto que cuanto más nos esforcemos mejor movilidad tendremos cara al futuro buscando un trabajo. No es necesario obligatoriamente que tengamos un expediente inmaculado, si hemos aprendido a movernos en nuestro campo, sabemos lo que nos gusta, mostramos interés y somos trabajadores podremos acceder a más oportunidades laborales. En definitiva, una vez dentro de la carrera hay que tomárselo en serio para hacer que realmente merezca la pena.

Vivir una de las mejores etapas de nuestra vida, según dicen

Aunque hay muchas personas críticas respecto a la vida universitaria es indiscutible que los años que pasaremos en ella nos darán experiencias irrepetibles. No solo por la mera asistencia a la facultad, el tiempo que conlleva estudiar una carrera hace que vivamos de una forma muy distinta a la del instituto, creando inevitablemente anécdotas que con el tiempo recordaremos con cariño.

Por otra parte habitualmente la estudiaremos a una edad donde tendremos esa mezcla entre juventud sin ser adolescentes y la madurez necesaria sin una carga de responsabilidades. Esto hará que podamos disfrutarla en su máximo apogeo, conociendo a gente afín a nuestra forma de pensar y nuestros intereses de los que muchos acabarán siendo amigos para toda la vida. La experiencia de estar en un lugar exclusivo hasta cierto punto y compartirlo con otras personas como nosotros es de las mejores que podemos sacar de nuestra vida universitaria.

Desarrollarnos cultural y emocionalmente

Lograr superar una carrera universitaria es un ejercicio que inevitablemente reestructura nuestra mente. El esfuerzo que requiere, la constancia de estudio, el trabajo diario hará que nos sintamos contentos con nosotros mismos a pesar de la carga que conlleva. La sensación de estar haciendo las cosas bien por nuestra cuenta y verlo reflejado con el paso del tiempo a medida que superamos cursos y asignaturas es una sensación indescriptible, donde podemos decir claramente que hemos logrado algo muy importante.

Ser positivos

Estudiar una carrera universitaria puede ser una de las experiencias más enriquecedoras para nuestra vida. Lejos de plantearnos los motivos por los que merece la pena deberíamos darle un giro y decirnos a nosotros mismos, ¿qué nos lo impide? La decisión queda en nuestras manos, y es mejor arrepentirse de lo que hicimos que preguntarnos qué pudo haber sido durante toda la vida.