Los depósitos a plazo fijo siguen siendo uno de los productos financieros favoritos por cualquier tipo de inversor. Ya sea de perfil conservador o arriesgado, para ambos casos se adapta fácilmente. En el caso de los primeros por el poco riesgo que suponen, mientras que para los segundos funciona para equilibrar su cartera. Sin embargo, sea cual sea la tipología, es necesario conocer y tener en cuenta algunos aspectos a la hora de elegir este destino para tu capital.

En primer lugar, y después de prestar atención al tipo de interés (TAE) que ofrece el depósito en cuestión, hay que observar atentamente otras condiciones del producto antes de contratarlo. Por ejemplo, si la compra supone tener que contratar otro producto de la entidad en cuestión y que éste no nos genere ningún interés. También es aconsejable comprobar que no incluya comisiones de apertura, mantenimiento o gestión, ya que pueden disparar el coste del depósito si son demasiado altas.

Por otro lado, es recomendable fijarse en qué momentos se produce la liquidación de intereses. Esto es debido a que, aunque la mayoría de entidades abonan los intereses una vez concluido el depósito y al mismo tiempo que se recibe lo invertido en un comienzo, algunos bancos dan la opción de liquidación anual, semestral o trimestral. Así pues, si se dan estos últimos casos, podría percibir los intereses antes de que expire el contrato.

Otro punto a tener en cuenta a la hora de contratar un depósito a plazo fijo es si la entidad en la que se adquiera el producto dispone de banca online. No en vano, hoy en día está muy normalizado la utilización de aparatos electrónicos como smartphones o tablets. Asimismo, sería positivo que cualquier movimiento relacionado al depósito se pueda hacer desde la página web del banco en el que hemos confiado.

Por último, es aconsejable que la entidad atienda adecuadamente al cliente, de forma rápida y con varias formas en las que poder contactar con el banco. Además de el clásico número de contacto, cada vez tienen más importancia las redes sociales y las aplicaciones de mensajería como WhatsApp para facilitar la ayuda al usuario.