El momento más destacado de la segunda jornada de la Feria de Murcia se vivió la noche de este viernes en la plaza del Cardenal Belluga con el pregón a cargo de la jugadora internacional de baloncesto Laura Gil, que apostó por un discurso emotivo y muy personal. Arrancó declarando su amor por los principales eventos que tienen lugar estos días en el municipio, como la bajada de la Virgen de la Fuensanta, los Huertos, Moros y Cristianos o la feria de la Fica, entre otros. "Me siento muy orgullosa de mis orígenes, crecí en la Huerta de Murcia a los pies de la Fuensanta y guardo en mi memoria infinitos recuerdos de esos años de mi infancia", compartió con los presentes la baloncestista, que señaló que cuando tenía unos cuatro años «y me preguntaban dónde vivía, respondía muy segura de mí misma que en la Fuensanta».

Sus recuerdos de infancia están plagados de paseos en bicicleta por senderos huertanos, y del olor del azahar y las hojas de limonero, "que siempre que vuelven a mí me transportan a mis años de niñez". Gil hizo un breve repaso de sus primeras etapas educativas, en el colegio público de Santo Ángel y en el instituto Alquibla de La Alberca, "en el que había grandísimos profesionales que me ayudaron a formarme como persona". Aseguró que fue entonces cuando percibió y aprendió valores fundamentales que la han guiado toda su vida, como el respeto a través de la empatía, la libertad o la igualdad. En este punto, Gil hizo un llamamiento a la sociedad murciana: "Todos tenemos el poder y la decisión de hacer aún más grande nuestra ciudad, de ser un ejemplo para los que tenemos al lado, sobre todo a los más pequeños". En este sentido, apostó por hacer de la empatía una capacidad compartida por los murcianos.

El pregón de la jugadora murciana también incluyó ciertos aspectos reivindicativos, todos relacionados con el derecho a la libertad y la igualdad. "No todos somos iguales, pero sí que tenemos los mismos derechos, y en mi experiencia como deportista y como mujer, creo que tenemos que continuar en este proceso en que todos tengamos las mismas oportunidades y que llegue un momento en que la igualdad sea una realidad", señaló.

Sobre su brillante carrera deportiva sostuvo que lo que más le llena no son las medallas o los títulos conseguidos sino "darme cuenta del impacto que he podido tener en niños y niñas de mi tierra y poder ser un referente para todos ellos". Afirmó que siempre se ha sentido muy querida y valorada en Murcia. Que el pabellón deportivo de La Alberca, donde empezó a jugar al baloncesto y donde hacía gimnasia en el colegio, lleve ahora su nombre "es mucho más de lo que un deportista puede pedir".

El apoyo de la gente que la quiere y admira fue fundamental en su progreso como deportista. "Creer en uno mismo es importante, pero que los que te rodean te hagan sentir que confían en ti dispara tus posibilidades", indicó y aunque admite que el camino no ha sido fácil, "como buena murciana, jamás me he rendido, jamás he dejado que los miedos e inseguridades ganaran y por eso estoy hoy aquí".

El tramo final del pregón lo dedicó a la proyección internacional que está adquiriendo Murcia, "gracias a los grandes científicos, deportistas, artistas y profesionales de todas las áreas que estamos llevando el nombre de nuestra ciudad por el mundo".

Tras agradecer el apoyo incondicional de su familia y desear a todos los presentes que disfruten de las fiestas cerró el pregón con un "¡Viva Murcia! ¡Viva las fiestas! y ¡Viva la Feria!".