La Feria y Fiestas de septiembre es una oportunidad única para dar a conocer la ciudad. El esfuerzo ha sido este año máximo para lograr el mayor de los aforos. El recinto ferial del Huerto de la Rueda deja de ser el único escenario de la fiesta para compartirlo con la vieja ciudad que estos días se convierte en una ‘isla’ abierta únicamente a los que pasean y se deleitan entre museos, monumentos, casas señoriales, palacios y jardines repletos de flores.

Calles y plazas se llenan de terrazas abiertas al disfrute de los lorquinos y de los que nos visitan en un intento por olvidar –al menos por unos días– los meses de encierro, de preocupación, de angustia, de soledad… Aún no es tiempo de lanzar las campanas al vuelo, pero sí de afrontar los cambios que se van produciendo y que son la antesala de la esperada normalidad.

Lorca está de fiesta. Y se siente en cada una de sus plazas y calles con público que todavía sigila su voz, como consecuencia de la mascarilla que todos llevamos y que se ha convertido en una prenda más de nuestro atuendo. Las terrazas viven un resurgir auspiciado por el consentimiento del Consistorio para que amplíen sus espacios y den cabida a cuantos más mejor. Y los comercios exhiben vistosos escaparates en los que se entremezclan la ropa de verano con la del otoño que ya va haciéndose hueco por imperiosa necesidad, al menos, al caer la tarde.

Los lorquinos han disfrutado el inicio de la feria como si se tratara de la primera en mucho tiempo. Hay muchas ganas de echarse a la calle, de disfrutar con los amigos, de brindar con tanta fuerza que la espuma de la cerveza chorree por la copa por la inercia del golpe. Los niños muestran sus ojos abiertos en cada paseo en El Pulpo, la noria, el Ratón Vacilón, el Canguro, el barco vikingo, los coches de choque… Y clavan sus dientes en manzanas cubiertas de caramelo y arrancan trozos de algodón rosa que dejará pegajosas sus caritas mientras intentan metérselo en la boca.

Los escenarios de las celebraciones llevan al público a conocer nuevos enclaves como el antiguo convento de La Merced

Eran las actividades habituales de las que en cada feria disfrutábamos y que ahora tienen un color distinto. El de las ganas por repetirlas, por sentirlas, por gozarlas… por vivirlas con la pasión suficiente por la incertidumbre que a todos en algún que otro momento nos ha rondado la cabeza. En la Feria y Fiestas de este septiembre todas las concejalías implicadas han puesto el empeño porque sea única. De esas que es difícil olvidar, por mucho que pase el tiempo.

Se han abierto todos los monumentos y museos para que puedan ser visitados y así descubrir –que tras la restauración por los daños del terremoto–surgieron infinidad de hallazgos que están ansiosos por abrirse a los curiosos. Turismo ha redoblado esfuerzos con visitas turísticas, recorridos extraordinarios y un personal dispuesto a atender a los que acudan a la ciudad. La Concejalía de Cultura ha llenado todas sus salas de pinturas para los amantes del arte. La de Deportes ha previsto actividades para casi todos los días de feria, a través de la programación de los Juegos Deportivos del Guadalentín; y la de Festejos ha redoblado esfuerzos para atender la demanda de todos, mayores, jóvenes y niños.

No proponen actividades, pero sí cuidan de que todo esté a punto las de Seguridad Ciudadana, de Emergencias, Limpieza y Parques y Jardines. Esta última, trabaja desde hace semanas para llenar de flores y plantas los espacios verdes de la ciudad con especial atención también en los jardines y rotondas de las entradas al casco urbano.

El recinto ferial del Huerto de la Rueda acoge las atracciones. Este año se han visto reducidas en número para permitir un espacio mayor a los que aguardan para subirse a ellas. Y es que, tras cada uno de los viajes son sometidas a una profunda limpieza por la situación actual de pandemia. Entre las atracciones que no faltan en el recinto están la noria y el Ratón Vacilón, este último con largas colas estos días por ser una de las preferidas de los jóvenes y de los niños. El canguro loco o el Gigant XXL también están entre las más solicitadas desde que comenzó la feria el pasado viernes.

Las casetas del turrón, con terrazas para la degustación de sus productos; las tradicionales tómbolas, la pesca de patos, hamburgueserías, churrerías y chiringuitos completan los montajes del recinto, que este año tiene un aforo restringido al 70%. No se permite sobrepasar los 3.636 asistentes. Para poder controlar el acceso se ha habilitado un único canal de entrada y salida vigilado por personal de seguridad. Con ello, se pretende evitar aglomeraciones no permitidas por motivos de la pandemia.

El consumo de bebidas y comidas también está prohibido en todo el recinto, a excepción de las terrazas. El número de chiringuitos también se ha reducido. Este año solo están los de Coros y Danzas Virgen de las Huertas, Paso Encarnado, Paso Morado, Hermandad Virgen del Rocío y Asociación de Mujeres de Tercia. Sus terrazas se han ampliado para lograr la distancia obligada entre mesas.

Más de 600 efectivos

Unas seiscientas personas integran el dispositivo de emergencias que componen agentes de la Policía Local, Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Consorcio de Extinción de Incendios, Servicio de Emergencias Municipal, Agrupación de Voluntarios de Protección Civil, Cruz Roja y 061, además de seguridad privada. Pocos son los que no llevan la mascarilla puesta en el recinto ferial. Los olvidos son recordados por los agentes de la Policía Local y la seguridad privada.

Los conciertos tendrán como escenario el recinto del Huerto de la Rueda, bajo la carpa a la que se accede por una entrada diferente a la de la zona de atracciones. Pero también se han propuesto otros enclaves para las actuaciones que se vienen sucediendo desde el viernes. El aparcamiento del antiguo convento de La Merced, la Plaza de España y, la Alameda de la Constitución, están siendo lugares de celebración para conciertos y actuaciones en un intento de repartir al público por toda la ciudad y lograr un mayor aforo, pero también para mostrar la Lorca que para muchos está aún por descubrir.