Los pétalos de más de 12.000 flores han caído en forma de lluvia sobre la Virgen de la Fuensanta en la que ha sido la petalada más grande de su historia. Se trata de una muestra del cariño y veneración que sienten los murcianos hacia su patrona, y ha tenido lugar esta mañana en la plaza de Santo Domingo durante la procesión que posterior a la Eucaristía que se celebra cada año al aire libre en la plaza Belluga con motivo del Día del Bando de la Huerta.

Esta abundante lluvia de pétalos se ha sido llevada a cabo desde un edificio catalogado Bien de Interés Cultural, la Casa Cerdá, uno de los inmuebles más representativos de la ciudad que hace esquina con el Tontódromo y que ha sido cedido por el Grupo Baraka para tal fin. En la petalada han participado diversos representantes de la vida cultural, deportiva y festera de la capital del Segura.

Son muchos los vecinos y visitantes que estos días pasan por el hermoso templo de Belluga para ver a la Madre de Dios, a la protectora de todos los murcianos, que este año, por circunstancias excepcionales, va a tardar un poco más en regresar a su morada de Algezares, pues la imagen no será llevada en romería a su santuario del monte hasta el próximo día 14 de mayo. Un martes, como manda la tradición. En la Diócesis hay desde hace unas semanas dos obispos (el de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, y el obispo auxiliar, Sebastián Chico) y al terminar las Fiestas de Primavera, el segundo será el protagonista de un acto en la Catedral, en el que estará presente la imagen de la patrona, la Virgen de la Fuensanta.