¡Sardineras, sardineros!

Autoridades, gente de bien... Buenas noches!

¿Qué hago yo aquí? ¿Por qué yo? ¿Quién tiene la culpa de que me tenga que enfrentar a esta prueba?

¿Fue Oché, fue Gregorio, fue aquel golpe que me dí en la cabeza? Da igual, la suerte está echada y ya no hay vuelta atrás.

Aquí me tienen "apollardao" indefenso como un ajopuerro, como una cebolla morada, como un pimiento mustio, un tomate chafado, un.....

Les seré sincero, yo de pitocrónica nasti, ni un chupito.

¡Sardineras, sardineros! ¿Por qué yo? ¡Repito!

Un madrileño, un besugo despistado rodeado de sardinas más listas que un catedrático. Pero contra viento y marea y mareo ¡Aquí está el tío!

Con el pito y con la espada, con la plata y con el oro regalando mis palabras que son para mí un tesoro! ¡A cascoporro!. Aunque para regalo, el vuestro. Este pobre madrileño que viene de una ciudad de todos y de ninguno, un rompeolas sin mar que sueña con huertas y playas, con tradiciones y fechas en rojo, con murcianas y con murcianos.

Sardineras, sardineros ¿Quién dijo miedo?

Soy madrileño y de ahí al cielo y aunque no me cayera de pequeño en la marmita de Obelix me he criado bebiendo el agua del Lozoya ¡Un río serrano de propiedades milagrosas.....! sí el agua de Lanjarón es buena para el riñón y las de Archena para las venas, el agua del Lozoya es buena para..... buena.

El pito, amigos, el pito nos une esta noche de cuasi primavera con la fuerza del loctite. Sí, la cuasi primavera, la que esperamos y la que espera a que lleguen nuestros pitos henchidos de savia nueva (suena regular pero rima bien)

Y así, como el que si quiere la cosa, hartos ya de tanto frío y cansados de potajes nos ponemos sardineros, verbeneros, sandungueros y sacamos brillo al pito ¡Vengan pitos! Y repito ¡Vengan pitos!.

Aunque vengan sin las flautas, grandes, flacos, gordos, finos, largos, cortos, pequeñitos, pitos que paren las guerras, pitos breves o infinitos que nos quiten la miseria y nos dejen dinerito, esos que soplan los dioses cuando tienen un buen día, los que silba el sardinero, los que saben a ambrosía, dulces silbatos, sirenas todos los días, faros que brillan a oscuras, faros de Alejandría!.

Venga npitos, y repito, vengan pitos de alegría que ya aproxima el día de enterrar a la sardina.

¿Ven ustedes al palomo persiguiendo a quién corteja? ¿Oyen ustedes al mirlo, al buho y a la cigüeña? Todos los animalitos, con el pito por bandera buscan un bujerico y entregan el alma entera.

¿Y yo? Corre la sangre alterada veloz cual si fuera el AVE, ese AVE que no me llega, porque yo también lo siento ¡Ya está aquí la primavera!.

¡Vivan los pitos murcianos, vivan los pitos de España!

Y aquí me tienen, tan pancho, sin cantante, sin orquesta, tan sólo a cuerpo gentil y la crónica incompleta, pero he traído algo-

¡EL BOTIJO!

Sí, el de barro, con su asa y su pitorro, con su agua bien fresquita, con un toque de anisado para quitarle al invento, el mejor que se ha inventado, ese saborcillo a barro.

¡Sardineras, sardineros! España es un botijo. Sí, un botijo con 17 pitorros uno por autonomía más ciudades autónomas que son Ceuta y Melila, para beberlos a morro.

¡Agua y café para todos! Los pitorros de mi España, pitos con agujeritos, unos quieren estar lejos, otros quieren más juntitos, unos quieren grueso el chorro, a otros les da lo mismo, pero sólo hay un botijo y es el botijo de todos.

España es un botijo y también ha sido el toro, un toro con sus pitones, por la crisis recortados, el toro de la discordia, aplaudido, empitonado, pitado y abucheado. Toro manso, toro bravo, toro de fuego,embolado, el toro que en primavera se pone de aquella manera y mata moscas con el rabo.

Pero mi querida España, esta España mía, esta España vuestra.... también es un €.semáforo. Ahora rojo, ahora naranja, ahora verde, bueno y azul y morado. Un disco algo loco y estresado, inhóspito y "pitorraro". ¿Habrá pactos, elecciones? ¿Será en marzo, abril o en mayo? No me toques el pito que me irrito, no me digas que te ayude que me despepito!

Unos tiran de la manta, otros que se dan el pico, tú que me has dicho, que han dicho, que si aquel me dijo Diego y yo digo..... y el muñeco?

¿Que muñeco? El que te dice que cruces, el de siempre, "el muñequito" . Ese señor que te indica que si es verde pasas fijo y si es rojo solo fijo, ya.... ¿ Y porqué no le ponemos falda a ese muñequito?

Un semáforo machista no es moderno ¡Pijo!. Pues si le ponemos falda yo quiero, y lo revindico, que al señor le pongan ¡Pito! Y que vuelva el guardia urbano con chaqueta y correaje, con su casco reluciente, con sus botas y sus guantes y, como no, con su pito.

Se acerca el día, señores único, anacrónico y singular. El entierro que en mi tierra se hace antes que en cuaresma. Pero Murcia es diferente, Murcia es un punto y aparte, es el mundo del revés con tal de que el pito aguante, y vaya si aguanta ¡Que aguante!

¡Sardineros, sardineras!. Tenéis lo que hay que tener: Alegría, buen talante, una huerta que lo flipas, una costa alucinante, monte, sierra, vino, mil historia que contarme...

Aquí estoy, aquí me tienen rendido, vuestro oyente dispuesto a seguir aprendiendo de este pueblo inteligente, con el pito preparado para tocarlo muy fuerte, en Madrid y dónde tercie. Y decirle a quién me escuche y al que no, el se lo pierde, que en murcia hay que vivir, morir y hasta enterrarse.

VIVA LA VIDA!

VIVA MURCIA

Y VIVA EL ENTIERRO DE LA SARDINA!