Ya nadie preguntó anoche, ¿dónde están las brasileñas? Y es que uno de los grandes clásicos del Entierro de la Sardina, las bailarinas del país de la samba, regresaron al desfile, tras varios años de ausencia, para competir en belleza y exuberancia con las Diosas del Olimpo. Pero el suyo no fue el único regreso sonado, ya que los ´carres del foc´ alicantinos (sin fuego, pero con mucha magia) y el misterio del espectáculo de Morboria salieron a las calles de Murcia de nuevo para asombrar a grandes y pequeños.

Centenares de miles de personas, con los niños como grandes protagonistas, pugnaron por el millón doscientos mil juguetes que volaron desde las carrozas. Y es que la lluvia de regalos es el gran atractivo del pasacalles más animado y marchoso de la Región. El color, con las cuatro estaciones, motivo elegido este año como emblema, y la magia de los neones compitieron con las chirigotas del carnaval que abrían la comitiva. Los leones chinos, que desfilaron haciendo increíbles acrobacias, pusieron un toque de espectacularidad.

Un grupo de graciosas ocas, llegadas desde Palencia, y que seguían fielmente a su criador, parándose cuando él lo hacía y retomando el paso a la par que él, hicieron que las sonrisas iluminaran muchos rostros. Los gigantes de Brotons, los zancudos, una banda de gaiteros y el mítico dragón de Conte, grabado en la memoria de toda una generación de murcianos, tuvieron de nuevo su protagonismo. Sin olvidar el buen hacer de las ´majorettes´ checas, y, por supuesto, el culmen con las carrozas trufadas de regalos que los dioses del Olimpo repartieron sin límite para que las ´peleas´ por el premio no faltasen.

Y es que la ilusión en la cara de los niños y mayores hizo que la mitológica cabalgata no perdiese ni un ápice de magia, pese a que el tiempo no fue tan espectacular como el de otros años. Algunos incluso se quejaban de que hacía algo de frío, como María Meseguer, que acudió al desfile junto a su hijo, «para que disfrute de una de las cosas que más ilusión me hacía a mí de niña», comentaba.

La generosidad sardinera volvió a ser palpable. Los pitos, balones, muñecos, bisutería, espadas, aros y demás sueños de plástico en forma de juguetes repartidos cumplieron con las expectativas de todos.

El presidente de la Agrupación Sardinera, Gregorio González, volvió a atender a LA OPINIÓN en la salida de la cabalgata en la avenida San Juan de la Cruz del barrio del Infante, algo que empieza a convertirse en un clásico. «Todo está saliendo genial y tenemos muchas novedades, como los héroes de Marvel, los leones chinos, Morboria y muchas otras cosas espectaculares. Siempre procuramos innovar», comentaba satisfecho.

Ya avanzado el recorrido no faltaron los ávidos espectadores que se negaban a pagar por una silla y buscaban sitios de privilegio encima de las papeleras, sobre los contenedores de basura y hasta en semáforos. Una decisión con mucho riesgo pero ya tradicional. Y es que cualquier sitio es bueno para ver, a poder ser desde las alturas, el desfile más luminoso de Murcia.

Los sanitarios realizan más de una treintena de atenciones

Los servicios sanitarios desplegados por la ciudad de Murcia con motivo de la celebración del Entierro de la Sardina habían atendido al cierre de esta edición a un total de 31 personas, 15 de las cuales fueron trasladadas a hospitales de la capital y otras 12 fueron atendidas en los dos hospitales de campaña instalados en la Glorieta de España y plaza Circular, respectivamente. Los asistidos fueron 14 hombres y 17 mujeres, por traumas simples (10), dolor (6), curas (3), lipotimia (4) y ansiedad (1). Los restantes fueron tratados por patologías no especificadas. Ninguno de los atendidos revestía ayer gravedad.