Los antiguos huertanos eran de caminar porque lo del transporte estaba muy limitado por aquella época. Con suerte, alguno tenía algún burro, que los vecinos le solían pedir para transportar productos desde y hacia el mercado.

Luego llegaron los carruajes y los más atrevidos se subían en ellos para ir a la playa. Horas y horas tardaban algunos en alcanzar la costa para darse un chapuzón.

Luego llegaron las bicicletas, no muy cómodas, pero la mar de útiles. Después, las Mobylette y otros vehículos de dos ruedas con espacio suficiente para cargar la capaza de esparto y ahorrar un buen paseo. Ayer, en el Día en el que Murcia reivindicaba su historia, sus tradiciones y sus costumbres, muchos de estos transportes que nuestros antepasados utilizaban a diario se dejaron ver por las calles del centro de la ciudad.

Carros de caballos, carrozas, bicicletas, motos o coches fueron exhibidos por los huertanos. Muchas antigüedades, «joyicas con ruedas», que decían sus propios dueños, y también algún vehículo tuneado para la ocasión. Pero como no todo el mundo es amante de lo ´vintage´, también se apreciaron las últimas novedades del sector. Todos ellos han llenado de estampas sobre ruedas el Bando de la Huerta.