Los murcianos tienen hoy los ojos puestos en el cielo y los paraguas preparados para ser abiertos en cuanto sea necesario. La incesante lluvia no ha dado tregua en las últimas jornadas y se prevé que hoy también haga acto de presencia, pero la Morenica no estará sola en su Romería al Santuario de Algezares, donde vuelve después de 12 días en la capital de la Región y donde ha sido homenajeada con numerosas celebraciones.

Pero a los murcianos no les asustan unas cuantas gotas de agua en el día de su Patrona. No hay que olvidar que justo a la Virgen de la Fuensanta le atribuyen los creyentes católicos varios milagros relacionados con la lluvia y que, en el siglo XVII, durante una temporada de sequía y siendo la Virgen de la Arrixaca entonces patrona de la ciudad, los murcianos sacaron en romería a la Morenica para pedir lluvias que regaran sus campos.

Las peticiones y el recorrido, desde el Santuario hasta el convento de los Capuchinos, debieron surtir efecto porque, según cuentan las crónicas de la época, al finalizar la rogativa, las precipitaciones comenzaron a caer copiosamente sobre la huerta. La Fuensanta empezó a ganar popularidad y devotos y, en 1731, por aclamación popular, desbancó a la Virgen de la Arrixaca como patrona de la capital del Segura.

En la actualidad, miles de murcianos acuden cada año en masa al encuentro con su patrona. Este 2018, todos desean que salgan desde primera hora de la mañana esos rayos de sol que iluminen la salida que la Morenica protagonizará desde la Catedral de Murcia.

En el templo, a las siete de la mañana, está previsto que se celebre una misa en su honor. Una hora después se iniciará el recorrido de la imagen hasta su Santuario de Algezares. El itinerario es el de toda la vida, con un recorrido que supera ligeramente los nueve kilómetros. En él hay varias paradas dignas de reseñar: la Iglesia del Carmen, el comienzo de Torre de Romo, la Torre de Romo, la entrada a Algezares y la Casa Barceló.

La Patrona cruzará el río por el Puente Viejo, y saludará a la Virgen de los Peligros justo después de pasar debajo del arco floral que corona el plano de San Francisco, al inicio de la Gran Vía.

A su paso por las calles de la ciudad, abarrotadas de fieles, la Romería adopta la forma de procesión, con devotos en largas filas, las autoridades y el clero. Durante el recorrido, muchas personas lanzan pétalos a la Fuensanta como signo de agradecimiento y cariño. También se pueden ver cada año a decenas de personas descalzas o portando velas, en señal de promesa por alguna petición realizada a la Patrona. Las miradas se dirigirán hoy, a partes iguales, al cielo nublado y a la imagen que, un año más, será testigo de la devoción que suscita entre sus fieles, que la llevarán en volandas hasta su casa al son de piropos y vítores.

Cuando se aproxime a su Santuario, las campanas resonarán en los montes de Murcia mientras la Virgen irá escoltada por una multitud entregada a su figura. Después de más de seis horas de trayecto, la espera habrá merecido la pena. La Morenica estará de vuelta en su casa. Es el broche perfecto a la Feria de Septiembre, que este año, además de fe, ha venido cargada de agua.