Aunque no es la primera vez que se pone al frente de la Morenica para guiarla en su camino hacia su Santuario, hoy sí es la primera vez que Joaquín Vidal Coy lo hace como cabo de andas de forma oficial. Es un día de sensaciones enfrentadas, reconoce. «Es un honor ser el cabo de andas de la Fuensanta, pero es triste la circunstancia por la que se ha dado, que es la muerte de mi padre». Y es que, aunque lleva ya tres años desempeñando esta labor, su padre, Joaquín Vidal Monerri, era quien ostentaba el cargo hasta su fallecimiento, hace pocos meses.

Esta estrecha relación con la Morenica es algo ´familiar´, que viene desde hace décadas. Recuerda el nuevo cabo de andas de la Patrona de Murcia que su tío abuelo, Fernando Monerri, fue quien guardó y protegió la imagen de la Virgen durante la Guerra Civil. «Se enteró de que iban a quemar el Santuario, así que la bajó y la guardó en su casa», una labor en la que no estuvo solo, sino que contó con la ayuda de varios amigos, aunque quien escondió la imagen en su propia casa, poniendo en peligro su propia vida, fue Fernando. «Algo se tenían que oler, porque fueron a registrar la vivienda en tres ocasiones, aunque por suerte no llegaron a encontrarla nunca», relata Vidal Coy.

La devoción por la Patrona es «muy fuerte» en toda la familia del cabo de andas, que reconoce que es «un privilegio servir a la Virgen y a las gentes de Murcia». Subraya que no puede elegir uno solo como el momento más emotivo para él, aunque reconoce que le parece muy emocionante cada vez que padres acercan a sus hijos a la Virgen para que la puedan ver de cerca, o cuando personas mayores le llevan ramos de flores como obsequio y le comentan: «Puede que sea la última vez que puedo traerle flores a la Virgen». Y es que, «en esos momentos se ve la devoción de la gente por la Patrona, incluso en los peores momentos de su vida».

Como cabo de andas, la función de Joaquín es dirigir el trono y a los estantes del mismo, para que «todo vaya bien y el itinerario salga según lo previsto». Unos estantes que ´heredan´ el puesto, ya que va pasando de padres a hijos. Aún así, cualquier persona, hombre o mujer, puede portar a la Morenica sobre sus hombros. «Los titulares somos los responsables del puesto, pero no los dueños», matiza Vidal Coy.

De este modo, «a la Virgen la puede llevar cualquier persona que quiera entre la esquina del Carmen y la Casa del Labrador». Recuerda que en años anteriores, cuando era punta de vara, «durante el camino, no llegaba a ponerme bajo el trono, para darle la oportunidad a quien quisiera llevarlo». Son muchos los devotos que quieren llevar a la Morenica. «Cada año son más, y además, se da la circunstancia de que cada vez son más los jóvenes que quieren acompañarla». Destaca que muchos de esos jóvenes hacen la Romería descalzos y cumpliendo promesas, lo cual «es por devoción y no por la fiesta». Así, recuerda que en la última bajada de la Virgen a Murcia, el pasado 30 de agosto, «fue una locura» la cantidad de personas que acompañaron a la Patrona. Entre ellos, agentes voluntarios de Guardia Civil, que escoltan al trono en su recorrido hasta el Santuario.

La devoción se nota en su voz al imaginar cada paso que recorrerá hoy junto a la Patrona. «Llevo acompañando a la Virgen desde los 13 años y sigo emocionándome con ella a cada paso».