Es una cita que se cumple sin falta desde hace un cuarto de siglo por la gran razón de que «la sonrisa de un niño siempre merece la pena». Los festeros de Moros y Cristianos volvieron a realizar su tradicional visita de todos los años al Hospital Materno Infantil de la Arrixaca para saludar a los niños enfermos. Todos los pequeños se empaparon de la pasión por las fiestas, conocieron la historia de las mesnadas y las kábilas y, por supuesto, se llevaron un regalo. Ninguno se quedó sin un detalle.

Tal y como lleva haciendo desde prácticamente su fundación, la mesnada Jaime I El Conquistador organizó la cita. El conocido como 'Bus abuelo', un autocar emblemático de Latbus, recogía en el Campamento Medieval a los más de medio centenar de moros y cristianos que, ataviados con sus vestidos de festeros, participaron en el acto solidario. El cortejo que se subió al bus reunía también al Rey Moro Aben Hud, Quintiliano Ruiz; al Infante Alfonso de Castilla, Rafael Benedicto, así como a las abanderadas Mayor e Infantil de la Federación, Silvia Martínez Medina y Ana Luna Puerta Ballester, respectivamente.

En el hospital, las abanderadas se unieron a la iniciativa de los lazos dorados, un 'tatuaje' que simboliza la lucha contra el cáncer infantil. La mesnada Jaime I lucirá este símbolo durante el Gran Desfile de Moros y Cristianos, que tendrá lugar el próximo sábado.

Ya de regreso al campamento, la comitiva asistió a otra tradición: la visita a la sede de Latbus, donde tomaron un refrigerio para reponer fuerzas. «Lo hemos pasado estupendamente», aseguraba el presidente de la Federación de Moros y Cristianos, Javier Arenas. «Ha sido una mañana muy bonita, en la que vivimos gestos de hermandad y que merece la pena sólo por ver la cara de alegría de un niño».