El monarca Aben Hud se rindió ante el infante Alfonso y la que se denominaba Mursiya pasó a ser cristiana y a denominarse Murcia. Ocurrió hace 700 años pero este episodio de la historia del nacimiento de una ciudad es el que los murcianos y visitantes que anoche decidieron acudir a la plaza Belluga pudieron revivir.

Todo ello gracias al grupo de teatro de la Federación de Moros y Cristianos -que cada año cuenta con mayor participación de los propios festeros-, que hizo posible, una vez más, la puesta en escena de la Embajada de la Entrega de Llaves.

Con un escenario monumental como es la fachada de la Catedral, la representación de la entrega de llaves tuvo como novedad la incorporación al equipo del murciano Jesús Fictoria, quien se encargó de la parte musical de la Embajada.

La puesta en escena volvió a reflejar el esfuerzo y el cariño que los actores (miembros de la fiesta de Moros y Cristianos) ponen para poder defender uno de los actos que, poco a poco, va convirtiéndose en una cita indispensable en el mes de septiembre.

El de anoche fue el cierre de oro a una larga semana de fiestas, que culminó con el traslado de la Virgen de la Arrixaca hasta el Campamento Medieval, en el que participaron cargos festeros, abanderadas y autoridades, así como los miembros de kábilas y mesnadas.

Precisamente, en el Campamento, ubicado en el jardín del Malecón, los festeros continuaron con la celebración hasta altas horas de la madrugada.

Todo un año de preparativos se puso fin anoche, pero la gran familia de Moros y Cristianos de Murcia ya se preparara para que la ciudad pueda celebrar por todo lo alto unas fiestas sobre su historia el próximo mes de septiembre.