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La creación de la Asociación de Tatuadores y Anilladores de la Región de Murcia (Atarm) ha servido para ensalzar una profesión que está en auge.

De hecho, el gremio resalta que cada día hay más asociaciones de este ámbito y que el mundo del tatuaje crece a un ritmo anual del 25%. Este dato va unido a la proliferación de estudios en la Comunidad Autónoma de Murcia, donde ya se ha superado la cifra de 130 negocios oficiales de este tipo. Por contra, los propios tatuadores reclaman más control a la administración, debido a que alertan de que por cada cinco ilegales hay un estudio que sí está en regla, lo que supone un perjuicio para este sector.

Lamentan que haya gente que compre un kit de tatuador por 60 euros a través de Internet y se aventure a tatuar, con los riesgos que esto puede entrañar para la salud pública, al no disponer de garantía sanitaria alguna. La salud e higiene son las dos premisas fundamentales de los tatuadores de la Región que forman parte de Atarm. Es por ello que la asociación ya ha atendido varias reuniones con los responsables de la administración para exigir, sin éxito, que se intensifiquen los controles. Al hilo de esto, apuntan que la administración está impartiendo cursos higiénico-sanitarios que no habilitan para ser tatuador profesional, ya que denuncian que en ellos no se enseña a utilizar correctamente las herramientas para tatuar y esterilizar que se emplean para tatuar.

Por otra parte, la Asociación de Tatuadores y Anilladores de la Región de Murcia tiene otro frente abierto. En resumen, quieren lograr que se legalice la utilización de varias marcas de pigmentos, que, paradójicamente, ya están homologadas a nivel europeo, e incluso son legales en otros continentes, pero en España no se pueden emplear. Consideran que detrás de esto hay interés económicos por parte de las autoridades.

Los tatuadores de la Región también se vuelcan con iniciativas sociales. Muchos de ellos forman parte del movimiento Tattoo Solidario, a través del cual atienden a mujeres que han sufrido cáncer de mama. Estos artistas logran reconstruir con un tatuaje las areolas de los pezones, logrando con su trabajo altruista que estas mujeres vuelvan a sonreír. En definitiva, Atarm es un colectivo que contribuye a mejorar las condiciones del gremio de los tatuadores de la Región de Murcia, lo que repercute positivamente en la profesionalización del sector.