El miércoles a primera hora de la mañana los campus de la Universidad de Murcia y la Universidad Politécnica de Cartagena y los centros designados como sede en Lorca, Cieza, Caravaca y Yecla se llenarán con el bullicio de seis mil estudiantes de Bachillerato que se enfrentarán durante tres días a los exámenes que definirán la nota de acceso con la que tendrán que intentar el asalto a la carrera que quieren estudiar. Todos apuran las últimas horas. Los nervios van por barrios, dependiendo de la nota que haga falta para estudiar la carrera deseada, pero lo que no varía año tras año es la sensación de los estudiantes de estar viviendo un momento trascendental en sus carreras académicas.

Este año se celebrará la que puede ser la penúltima Prueba de Acceso a la Universidad tal y como la conocemos. La llegada de la Lomce hará que en el curso 2016/2017 se celebre la primera reválida de Bachillerato, una prueba nacional necesaria para obtener el título. Las universidades podrán entonces decidir si hacen exámenes propios de acceso, si consensúan uno las universidades en cada comunidad autónoma o incluso si todas las universidades del país deciden hacer una prueba común. Todo está por definir y si en las elecciones generales cambiara el gobierno el nuevo modelo probablemente no se implantaría. En la Región, tanto la Universidad de Murcia como la Politécnica de Cartagena han manifestado su intención de mantener una prueba unitaria para marcar la nota de acceso, una decisión respaldada por el Gobierno regional.

Por lo que respecta a los exámenes de este año, no hay pocas o ninguna novedad. Los temarios incluyen lo mismo que los últimos años y, como ocurre cada año, los debates en las puertas de las bibliotecas y en las reuniones de aspirantes a universitarios las conversaciones giran en torno a qué autor de Filosofía caerá o si La casa de Bernarda Alba volverá a aparecer en el examen de Lengua y Literatura.