El gran miedo que se vive en muchas pequeñas poblaciones es el temor a convertirse en lo que se entiende como la 'España vaciada'. Las causas de este fenómeno social se argumentan todos los días en todos los medios. En la Región de Murcia, el proceso está siendo lento, pero inexorable. Hay ya varios poblados abandonados por completo. En el caso de Ricote, parece como si el tiempo no hubiese pasado en los últimos años. Hay algunas construcciones de reciente factura, y otras muchas que los ricoteños conservan con esmero.

Es cierto que el principal atractivo del lugar no es tanto la población en sí, con sus casas señoriales y su órgano barroco, sino el paseo por sus huertas, moriscas a todas luces. Una visita al lugar conlleva el paseo obligado por ellas, marcadas por ancestrales tapias. El mapa que acompaña, levantado a principios del siglo XX, acredita la pervivencia de esas «calles», como se denominan en los papeles oficiales. Es para verlo con tranquilidad, en cualquiera de los jardines del pueblo. Y si alguien desea obtener una copia, solo tiene que solicitarla al Instituto Geográfico Nacional (IGN), que conserva el original.