La Feria de Jumilla ha ido creciendo. Es tan larga su historia y engloba tantos actos, que podemos recordar actividades muy variadas. Pero hoy quiero recordar un acontecimiento que viví con la peña el Raspajo, de la que por la década de los 80 formé parte: la primera romería con el Niñico de las Uvas al Convento de Santa Ana, lugar en donde tiene su casa en tiempo que no está en Jumilla celebrando la Feria y Fiestas.

Un trabajo que hice en su recuerdo dice así: "En la corta andadura de la Federación de Peñas, en la organización de la Feria de la Vendimia de Jumilla, han introducido un nuevo acto en la misma, en el año 1985: la primera romería del Niñico de las uvas, a Santa Ana. Con motivo de la celebración de la fiesta de la Federación de Peñas, que por segundo año se ha celebrado en Santa Ana, reuniéndose todas las peñas pertenecientes a la Federación, y que este año fue el domingo 1 de septiembre de 1985: introduciendo esta bonita novedad de subir en romería al niño. Por ser la primera, no ha tenido la participación deseada, pero, el niño ha sido portado a hombros de los peñeros hasta Santa Ana la Vieja, lugar de la fiesta de la Federación. Solo tres o cuatro peñas participamos en la romería, de las cuarenta y tantas que hay federadas. Como deseo que esta, romería llegue a tener aceptación, les rogaría a las demás peñas, que para el año próximo su participación fuese mucho más representativa".

Para los que no se enteraron de la misma, y para los que no fueron, me gustaría explicarles cómo se desarrolló. Serían las 06.30 de la mañana, cuando nos juntamos unos quince en la churrería, y desde allí nos fuimos al lugar en donde estaba guardado el niño, por cierto, un lugar poco adecuado, ya que se encontraba en la cochera de Emiliano, en la calle Dr. Fleming, junto a la carnicería de Valero.

Lo sacamos, y como anécdota curiosa, el primer relevo fue el formado por dos chicas jóvenes y dos niños, pertenecientes a la peña ´La Zaranda´. Después, como la mayor representación de los asistentes fuimos de la peña ´El Raspajo´ lo cogimos el segundo turno e iniciamos el camino hacia Santa Ana. En este relevo participó Nicolás, de la peña ´El Balamío´, que pasó a estar formada, por Paco, Bartolo, el mencionado Nicolás y yo. Tres del Raspajo y uno del Balamío. Después lo harían Pablo, Miñano, Diego y Paco, el director del Banco Hispano. Otros nuevos relevos lo formaron componentes de la peña ´La Uva y sus Granilletes´ entre los que conocía a los hermanos Díaz, que del Paco fui su maestro en la escuela del Pósito en 1966. Entre estos pocos fuimos turnándonos, trayecto a trayecto, con alguna que otra canción, compuesta por Miñano y Pablo.

También, durante el trayecto adornamos las vacías andas del niño, con unas ramas de pámpanos cogidas de una viña que había al paso. Al pasar el Pasico de San Pascual, de grato recuerdo para la peña de ´El Raspajo´, -ya que lo hicimos en un año para la carroza-, se unieron a los romeros tres jóvenes que también subían a Santa Ana, con lo cual, así, aumentó un turno más. Con los comentarios entre todos, íbamos avanzando poco a poco, y al llegar al hondo de El Prado, siendo 07.43 de la mañana, el sol empezó a darnos señal, de que empezaba un nuevo día en el que sus rayos nos alumbrarían, en este día de romería.

Ya estábamos empezando a subirla cuesta, y con el sol, pude hacer las primeras fotos, de todos los que acompañábamos al niño. Los coches que nos adelantaban, nos miraban como algo raro, al ver el pequeño grupo de romeros, llevar en hombros al niño de las uvas. Pero nosotros, aunque se clavaban las andas, al no llevar almohadillas, poco a poco, nos acercamos a Santa Ana la Vieja, dónde dejamos al niño, dando comienzo la Fiesta de la Federación.

Nada más llegar dimos buena cuenta de la gachamiga, que nos dejaron, ya que los impacientes que subieron en coche, empezaron a sopar antes de tiempo. Pero comer, todavía pudimos hacerlo. Por cierto, que estaba muy buena. Gracias, a la peña del ´Hogar de Pensionistas´ que la hicieron. Al terminar la ´gachamiga´ se sacó el marrano de la furgoneta en la que lo subieron vivo, y empezó la matanza en el monte. Todos participamos en la matanza de una forma u otra. Se subió a dos mesas y allí se mató, al estilo de Jumilla, aunque con algunas variantes, ya que el socarrado del marrano, que antes se hacía con esparto, ahora se hizo con un soplete de butano. Lo demás se hizo igual que cuando yo era pequeño. Seguidamente se empezó a hacer los preparativos para hacer el mortirigüelo, otro plato típico y de obligada realización, cumpliendo con el protocolo de la matanza. Así con gran armonía y celebrando esta primera romería, pasamos en día de convivencia, esperando que con el tiempo tenga continuidad". Felices fiesta a todos los colectivos, jumillanos y visitantes en general, que tengan el gusto de estar presente y disfrutar de la variedad de actos programados.