mucho más que francés, mucho más que un colegio. Eso es para estas cuatro madres el Liceo Francés Internacional de Murcia. Convencidas de que aquella decisión fue la mejor. Sus hijos e hijas cursan distintos niveles dentro del colegio, con lo que su experiencia supone una muestra verídica del proyecto del Liceo.

Carmen destaca «la libertad con la que aprenden», porque para esta madre de tres niños era importante que sus hijos desarrollasen su creatividad y tuvieran una apertura de mente. «Con todas las herramientas que aquí adquieren podrán estudiar en cualquier parte del mundo”«, explica. Una opinión que comparte Encarna cuando asegura que en el Liceo los niños y niñas «viven dentro de un mundo de libertad que es importante para la vida».

Estas madres son un testimonio real del proyecto educativo del Liceo francés. Tal y como dice Carmen, «aquí los niños se impregnan de verdad de las lenguas y las culturas, y eso les abre mucho la mente». Pero, ¿cómo lo consiguen? «Se le da mucha importancia al arte, a la vida en sociedad, al respeto, a la ecología», explica Encarna, madre de una alumna.

La clave reside para todas estas madres en trabajar el sentido crítico en los niños y niñas, que ellos mismos sean los protagonistas de lo que están aprendiendo y adquieran la capacidad para resolver problemas por sí mismos. «No aprenden las cosas de memoria, sino que ellos razonan y encuentran la solución», apunta.

Es precisamente este mecanismo de aprendizaje el que hace diferente y único al Liceo, que sigue el sistema pedagógico francés. Un método que sorprende a Carmen cuando explica cómo su hijo «incorporó el idioma rápidamente y luego, a los 6 años, comenzó de forma espontánea a leer en francés y español. ¡No sé cómo lo hace el colegio!»-

O sí, porque para ella «los profesores son uno de los pilares más importantes del centro, porque ayudan y acompañan», asegura. Y sin ser franceses ninguno de los padres, confirma que no han tenido ningún problema para seguir las materias que están estudiando sus hijos.

Con las lenguas, la apertura de mente y una gran carga de valores humanos, los alumnos del Liceo, tal y como aseguran estas madres, «cambiarán el mundo».

Multilingüismo desde los 2 años

La puerta de la Petite Maison del Liceo se abre cada mañana. Un «Bonjour!», un abrazo y corriendo a jugar. Así comienza el día en el espacio que este colegio dedica a niños y niñas a partir de 2 años. A partir de ese momento, la jornada es una sorpresa: pintura con los pies, un rico desayuno, un ratito de inglés, al comedor y a la siesta. Luego llega la profe de español y el día termina con un «¡à demain!»

En pocas horas, estos niños han escuchado tres lenguas, las han entendido, hablado y jugado en todas ellas. Su aprendizaje será natural, espontáneo y les abrirá muchas puertas para facilitar otros tantos.

Por eso, el Liceo a partir del próximo curso incorpora la lengua inglesa al espacio de 2 años, con profesores nativos que trabajarán de la mano con los actuales franceses y locales. El multilingüismo integra, abre y desarrolla mentes para construir ciudadanos del mundo y para el futuro.