La apertura de la Jornada de Biotecnología corrió a cargo de Ana Polanco, presidenta de la Asociación Española de Bioempresas (AseBio), desde donde se mantiene el pensamiento de que el de la biotecnología es un sector estratégico para impulsar un crecimiento sostenible, conseguir una salud de vanguardia y luchar contra la próxima pandemia (el cambio climático). Desde AseBio se para transformar el modelo de crecimiento a través de la industria biotecnológica, impulsando así una economía más competitiva. Esta transformación es posible gracias a sectores intensivos en conocimiento, como es el caso de la biotecnología.

Una de las principales fortalezas de AseBio, tal y como explica su presidenta, es la transversalidad, y es que son capaces de representar a socios empresariales que van desde las start ups y las micropymes hasta las grandes empresas internacionales. «Esta transversalidad hace que no solamente acojamos al sector empresarial, sino que también tengamos como socios a universidades, centros de investigación y fundaciones. Ello nos lleva a una segunda gran ventaja, y es precisamente una colaboración público-privada que permite compartir ese objetivo común de trabajar por desarrollar el sector tecnológico en España», afirmó Ana Polanco.

El sector biotecnológico y su desarrollo, de la mano de las nuevas tecnologías, tienen una clara vocación de servicio, y es que «de nada sirve desarrollar innovaciones si luego estas no pueden llegar a la ciudadanía», explicó la presidenta de la Asociación Española de Bioempresas. El sector, sano y en constante crecimiento, ha tenido un impulso muy importante a raíz de la pandemia de covid-19, sobre todo al ámbito relacionado con la salud.

Con respecto a la inversión en I+D, cabe resaltar que el biotecnológico es el sector industrial más intensivo en inversión económica, alcanzando el 5,5 % de toda la inversión en producción.

Otra de las grandes fortalezas de la biotecnología es su atractivo, no solo para la inversión privada, sino de estudiantes, científicos e investigadores, convirtiéndose en el primero en contratación de estos profesionales. «Es una cantera de talento brillante. España ocupa la octava posición mundial en cuanto a producción científica en el sector biotecnológico, de una calidad excelente», comentó Ana Polanco durante su intervención en la Jornada de Biotecnología. España cuenta con más de 860 empresas dedicadas a la biotecnología, la mayoría pymes y micropymes, concentradas en Cataluña, Madrid y Andalucía.

Cabe destacar que la industria tecnológica no solo es capaz de protegernos frente a amenazas sanitarias como el virus de la covid-19, sino que además está siendo clave para conseguir erradicar algunas enfermedades de las que hasta hace muy poco no existía cura, y hacer que otras que eran crónicas o mortales se palien o dejen de serlo. «8 de cada 10 medicamentos en el mundo son biotecnológicos, y gracias a ellos vamos a ser capaces de dar respuesta a enfermedades para las cuales ahora mismo no hay soluciones», expuso Ana Polanco.

Uno de los principales retos que tenemos por delante como sociedad es el desarrollo de un modelo agroalimentario sostenible (la ONU estima que para 2030 la población mundial alcance la cifra de 10.000 millones), que permita unos cultivos resistentes a plagas y a las adversidades del cambio climático al tiempo que mejoran la producción. «Es necesario trabajar en nuevos alimentos, algo que ya está haciendo el sector biotecnológico, ya sea a través de carne cultivada o proteína a través de otras fuentes alternativas a las ya utilizadas (algas, insectos, etc.)», expresó la presidenta de AseBio.

Si algo hemos podido aprender de la pandemia, es que invertir en ciencia de forma sostenible, trabajar en la colaboración público-privada y generar una industria que nos haga más independientes del ámbito exterior se ha convertido en una necesidad que no podemos dejar pasar por alto. Además, el desarrollo y la retención del talento en el ámbito de la biotecnología se antoja toda una tarea pendiente de cara a los próximos años.

La biotecnología, además, está presente en los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de salud de vanguardia y agroalimentario. «La innovación en el sector biotecnológico es intensiva, de alto riesgo, y en el sector salud, para que lleve una innovación al paciente se debe hace una inversión muy importante», añadió Ana Polanco, quien también animó a defender la propiedad intelectual: «La propiedad intelectual es la base y el sustento de las empresas que operamos en el sector innovador. Tenemos que defender la protección de patentes, que en absoluto son una barrera a la hora de impulsar el emprendimiento».

Con respecto a la colaboración entre los diferentes actores del sector biotecnológico, Polanco reconoció que se debe superar ese modelo de transferencia lineal para transformarlo en uno más colaborativo, de tal modo que se incentive a todos los que operan en él. 

También destacó la importancia de acompasar las necesidades del sector con la formación y el curriculum académico: « Puedes ser muy buen científico pero no disponer de la capacitación de emprender y gestionar rondas de financiación y llevar el producto al mercado. La fase de mentorización es fundamental.

Impacto económico

El impacto positivo del sector biotecnológico en la economía española queda apoyado por las cifras; superando su producción los 10.000 millones de euros, contribuyendo al estado de bienestar con 0.4 puntos de Producto Interior Bruto (PIB), y siendo generador de más de 120.000 puestos de trabajo de calidad.