¿Por qué no está tan visibilizada la figura de la mujer en el tejido social y económico, no solo de la Región de Murcia, sino en toda España?

La respuesta es sencilla, las sociedades de todo el mundo son patriarcales, machistas. Y no lo digo yo, lo dice la ciencia. Es una realidad que en algunas partes del mundo hay niveles diferentes de machismo y por ello, las sociedades más avanzadas lo son precisamente porque contemplan derechos para las mujeres. Pero aún así, en las sociedades más avanzadas, y a pesar de que contemplen sus constituciones el principio de igualdad entre hombres y mujeres, y de que existan leyes que lo desarrollan, en la práctica la igualdad no es real ni efectiva, quedando de manifiesto un poso de sociedad rancia y patriarcal, una costra que aún hay que rascar. 

En las sociedades machistas, las mujeres ocupan un lugar concreto y es el de los cuidados de la familia y de la casa. Es el rol que se espera de ellas, ser reproductoras, madres. Se pone el acento en ellas en todo lo referente a los sentimientos. Los hombres no, su rol por ser hombres es el de productor. Ellos trabajan para mantener ese sistema de cuidados cubierto por las mujeres, tienen aspiraciones en lo público y son dueños de la producción económica. Esto explica en este tipo de sistema patriarcal, que las mujeres no se visibilicen en lo social y lo económico, que no lo hayan hecho hasta ahora de forma generalizada en igualdad con sus compañeros varones y que siga costando aún visibilizarnos en esos aspectos. 

Cierto es que el feminismo nos lleva a dar pasos para que esto vaya cambiando, pero cuesta. Cuesta porque aunque las mujeres han irrumpido en el mundo laboral y disponemos de libertad económica, los hombres no han irrumpido en lo privado de igual manera y los cuidados siguen recayendo en las mujeres. Nosotras somos mujeres pero no por ser mujeres tenemos que ser únicamente cuidadoras. 

El objetivo es que hombres y mujeres participen de la vida pública y privada en igualdad. Que ambos sexos, que todas las personas, se visibilicen en todos los espacios. El objetivo es que no haya roles y que si se hace una cosa u otra sea por decisión y no porque hayas nacido con un sexo u otro. Esto es lo que explica por qué estamos en este momento así, la pregunta que cabe hacerse para la reflexión es si la juventud se identifica con esta idea de roles asignados al sexo. En mi opinión en la actualidad conviven dos modelos diferentes de entender las relaciones. Por un lado están quienes reproducen los valores patriarcales del pasado, y por otro lado quienes tienen esto superado y avanzan en igualdad.

¿Por qué nunca se ha valorado como merece a las amas de casa? 

Porque no se le da valor económico a su trabajo. Y lo tiene. ¿Cuántas carreras de los demás han despegado y se han consolidado gracias a ese trabajo de las amas de casa que hacían el desayuno, lavaban la ropa, hacían la comida, iban a la tienda, limpiaban , preparaban todo? Todo esto va cambiando poco a poco. Pero lo cierto es que seguimos como mujeres comprometidas con los cuidados. Y para que la balanza esté equilibrada, todos tenemos que sentir ese compromiso. Como economía sumergida, todo ese trabajo sí tiene valor económico. Es un motor que mueve al mundo de la superficie. 

En una sociedad cada vez más tecnológica, ¿cuenta la mujer con más oportunidades laborales con respecto a otros tiempos?

La mujer cuenta con más oportunidades laborales respecto de otros tiempos desde hace unas décadas. Pensad que hace cincuenta años las mujeres no tenían las opciones que tienen las jóvenes hoy. En mi opinión, la sociedad cada vez más tecnológica viene a sumar oportunidades para ellas y para todos. Pero debemos llevar cuidado para no caer en la trampa de utilizar las tecnologías en casa sin distinguir los tiempos personales de los del trabajo.

¿Cómo se trabaja desde la Concejalía de Igualdad, Juventud y Cooperación al desarrollo para fomentar la igualdad real entre hombres y mujeres?

Trabajamos, por un lado, con acciones dirigidas a erradicar la violencia de género. Y por otro, en el desarrollo del Plan de Igualdad que cada Ayuntamiento debe tener establecido. Tenemos casas de acogida para mujeres maltratadas cuyos casos son muy graves; y el propio sistema judicial dictamina su protección y la de sus hijas e hijos. También atendemos en el Servicio a mujeres que lo soliciten. Les damos asesoramiento jurídico, psicológico, de asistencia social, laboral, etc. 

Trabajamos en campañas de concienciación con jóvenes, para que entiendan que las relaciones sanas entre hombres y mujeres deben basarse en el respeto. Nos encargamos de que existan puntos violetas en conciertos y lugares donde nuestra juventud se mueve, donde informamos sobre los servicios a los que pueden acudir en caso de sufrir alguna agresión sexual. Son espacios de sensibilización. Les hacemos llegar la idea de que las relaciones sexuales han de ser consentidas. En las encuestas que realizamos los valoran muy positivamente. Asesoramos a las demás concejalías para que desarrollen sus actuaciones con perspectiva de género y usen un lenguaje inclusivo. 

Próximamente eliminaremos la publicidad no sexista de las calles. Encontraremos la herramienta adecuada. Estoy muy orgullosa del personal técnico de este Servicio del Ayuntamiento de Murcia que, por primera vez en su historia, es un Servicio propio que no depende de otro. Se le ha dado la entidad que merece. Ojalá algún día desaparezca porque no existan desigualdades.

¿Cuáles son los siguientes pasos por parte de las administraciones públicas de cara a conseguir una igualdad real entre hombres y mujeres?

Amén de que se debe invertir en recursos económicos y personales, la verdadera revolución administrativa creo que está en la eficiente coordinación de los que ya existen. La asignatura que aún tenemos pendiente es la formación en igualdad por parte de quienes toman decisiones políticas y administrativas. Debemos ser coherentes y hacer coincidir la teoría con la práctica. Debemos ser conscientes y responsables de nuestro papel como motores de cambio social. 

Ámbitos como el militar parecen ir avanzando en la consecución de una igualdad real entre hombres y mujeres, pero, ¿son cambios profundos o simplemente superficiales?

Si pensamos que hace 30 años no teníamos derecho a ser militares por ser mujeres y que hoy, legalmente, podemos pertenecer a todas las escalas y destinos; y en la práctica vamos conquistando esos espacios, podemos llegar a la conclusión de que los cambios han sido estructurales y profundos. Pero si tenemos en cuenta, por ejemplo, que seguimos siendo un porcentaje muy escaso de mujeres respecto de los hombres en las Fuerzas Armadas, y aún más en puestos de decisión, que la conciliación sigue pidiéndose más por parte de las mujeres y por ello no ascienden igual que sus compañeros varones, que la formación en género no llega de forma efectiva, o que el derecho al asociacionismo militar (que vela por mejorar las condiciones laborales y económicas) no está bien visto por el cuadro de mandos existiendo mucho miedo a ejercerlo cuando se está en activo, en mi opinión tenemos que volver a realizar cambios profundos.  

¿Sigue siendo la conciliación familiar y laboral uno de los principales escollos a la hora de emprender por parte de las mujeres?

Rotundamente sí. De hecho las jóvenes emprendedoras que he conocido estando en el ejercicio político, lo reivindican. Lo tienen más difícil para emprender cuando deciden ser madres. En la sociedad, nadie debería verse en la tesitura de tener que elegir formar una familia o desarrollarse profesionalmente. Esto sucede. Cada vez la edad de la maternidad se retrasa más. La población envejece a pasos agigantados. Fracasaremos como sociedad si no logramos encontrar la fórmula que permita conjugar todas nuestras necesidades.