Las tres subastas de energía renovable han espoleado el mapa español del sector al abrir la posibilidad de instalar 8.700 megavatios (MW) de nueva potencia verde con inversiones de unos 8.300 millones de euros que generarían cerca de 90.000 empleos directos e indirectos durante la fase de instalación, de los que más de 51.700 estarían el sector eólico, en torno a 4.600 en bioenergía y unos 33.400 en fotovoltaica. Tras una primera etapa de construcción, cerca de 18.000 empleos serían permanentes, vinculados a la fase de operación y mantenimiento de la nueva potencia instalada.

El último informe de la patronal del sector sobre el impacto macroeconómico de las renovables en España muestra una contribución de más de 8.500 millones de euros al PIB y ahorros de casi 6.000 millones al evitar importaciones energéticas. La potencia instalada ronda los 33.167 megavatios (MW), con la eólica en cabeza (69,5%), seguida de la solar fotovoltaica (14,1%), solar termoeléctrica (6,9%), mini hidráulica (6,3%) y biomasa (3,1%). Por autonomías, la mayor potencia limpia corresponde a Castilla y León, Andalucía, Castilla-La Mancha y Galicia, comunidades que juntas ya concentraban al cierre de 2016 el 64,3% del total instalado. A la cola del ránking figuran Baleares, Cantabria y Madrid. El objetivo de España es producir un 20% de la potencia a partir de las energías limpias (sol, viento y agua) en 2020, un 3% más que ahora.

El desarrollo verde es desigual en las diferentes autonomías. Destaca la evolución de Castilla y León, que concentra el 22% de la capacidad renovable instalada en el país y tiene la mayor potencia eólica e hidráulica. En la misma línea, Andalucía cerró 2017 con cerca de 8.000 MW instalados de energías renovables y lidera el listado nacional en termosolar, mientras que ocupa el segundo puesto en fotovoltaica tras Castilla La Mancha, y se posiciona en tercer lugar en eólica, por detrás de Galicia y Castilla y León. Andalucía también está a la cabeza en biomasa, tanto térmica como eléctrica, modalidad en la que le siguen comunidades como Asturias, País Vasco o Galicia.

Con el 73% del total de su potencia instalada procedente de fuentes renovables, Castilla La Mancha sobresale en las tecnologías eólica, fotovoltaica y termosolar. Además, tiene en fase de tramitación 51 expedientes que suman 1.130 megavatios, de los que 850 MW corresponden a energía fotovoltaica, 229 MW a eólica, 50 MW a biomasa y 1 MW a hidráulica. Por provincias, tiene registrados 14 expedientes en Albacete, con 450 MW; 8 en Ciudad Real, con 400 MW; 6 en Cuenca, con 40 MW; 9 en Guadalajara, con 35 MW; y 14 en Toledo, con 200 MW.

La quinta región española con más potenciar renovable es Aragón, pero puede escalar puestos en el ranking gracias a los proyectos asignados al grupo aragonés Forestalia, que lidera la familia Samper. Los planes de inversión en cartera se concretan en 48 proyectos eólicos de 1.667,9 MW y doce plantas solares fotovoltaicas en los municipios de Escatrón y Chiprana, con una potencia de 549 MW. Para acometer sus propósitos se han establecido alianzas con los gigantes norteamericanos General Electric y Black Rock.

Galicia despunta también en potencia instalada y en generación de energía hidráulica, apartado en el que le siguen Cataluña, Aragón, Castilla y León y Navarra. En tres años, la comunidad gallega pretende que el 45% de la energía consumida lleve el sello renovable, frente al 38% actual. Las directrices energéticas de la Xunta prevén movilizar 3.000 millones -el 90% de capital privado- y abrir una ventana de oportunidad para crear hasta 12.000 puestos de trabajo.

La apuesta verde llega débilmente a las islas, donde a pesar de su gran potencial se ubica el menor desarrollo renovable. Baleares tramita siete pequeños nuevos proyectos de parques fotovoltaicos que suman poco más de 20MW y supondrán un incremento del 25% de la potencia instalada, mientras que en Canarias existen más de 90 proyectos para aumentar el uso de energías renovables y mejorar la eficiencia, iniciativas que recibirán una financiación de 228 millones.