Con poco más de 6.000 habitantes y un gran término municipal de más de 235 kilómetros cuadrados, Abanilla lleva más de una década luchando contra el envejecimiento poblacional que ha llevado al municipio a tener menos trabajadores en activo que pensionistas. Precisamente la creación de empleos y conseguir que la gente joven se instale en una zona donde la agricultura continúa tirando del carro es uno de los grandes retos del equipo de Gobierno abanillero.

El Ayuntamiento de Abanilla ha estado liderado los últimos cuatros años por el socialista Ezequiel Alonso Gaona, que intentará revalidar la vara de mando en las próximas elecciones, en las que se marca como reto superar los siete concejales con los que cuenta en la actualidad. Alonso presume de que ha hecho los deberes en materia económica, «cumpliendo con el Ministerio de Hacienda, donde hemos conseguido reducir la deuda en cuatro millones de euros desde 2015».

También ha desarrollado la implantación de la tecnología 5G en la fibra óptica. Su gran rival será José Antonio Blasco Martínez (PP) y tendrá enfrente también a la edil del IUMA, María Dolores Saorín Riquelme, que quiere poner de nuevo la nota independiente en la nueva corporación que saldrá de las urnas el 26 de mayo.

Aunque el PP fue el partido más votado en las pasadas elecciones generales en Abanilla con 1.374 votos, el 38,54% del total, y el PSOE se quedó en segunda posición, con 975 apoyos, los socialistas intentarán renovar la confianza de los electores. Otro de los retos que tendrá el futuro equipo de Gobierno será frenar la contaminación, sobre todo por el polvo de sílice proveniente de las canteras del mármol, uno de los sustentos económicos de Abanilla, que ha denunciado en más de una ocasión Podemos a nivel regional en la última legislatura.

La inseguridad generada por los robos en viviendas, tanto del casco urbano como de pedanías, caso de Macisvenda o Barinas, es otra de los grandes reivindicaciones vecinales. Quien coja el bastón de mando tras los comicios de finales de este mes tendrá que ampliar la plantilla de la Policía Local, una antigua reivindicación.