Los cargos de libre designación o puestos a dedo existen en la esfera política desde que el mundo es mundo. Tiene su lógica si se tiene en cuenta que el partido de turno siempre quiere tener cerca a gente de su confianza para desarrollar su trabajo con comodidad y sin conflictos. Sin embargo, con el paso de los años han empezado a tener mala prensa, sobre todo debido a la crisis ecónomica y a la poca transparencia que se le ha dado a algunas de esas contrataciones.

A estas circunstancias hay que añadir que se han utilizado, en ocasiones, para colocar a gente afín a las siglas del Gobierno local sin pensar si era necesario cubrir ese puesto. Estos empleos de libre designación del Ayuntamiento, que están regulados por la ley, se han situado estos días en el punto de mira por la petición que ha realizado Ciudadanos a través de su cabeza de cartel, Mario Gómez, que ha solicitado al PP que cese inmediatamente estos cargos a dedo con el convencimiento de que se trata de «amiguetes» a los que hay que dar trabajo.

En el caso de la capital de la Región existen 29 puestos de libre designación, de los que ocho corresponden a la oposición municipal. Lo sorprendente es que algunos de estos cargos poco han portado por las dependencias municipales, sin que nadie les haya pedido explicaciones, lo que ha llevado a los funcionarios a agudizar el ingenio y a fabricar bromas. Una de ellas hace referencia a un empleado a dedo de Deportes, llamado Abel, al que prácticamente no conocen. Tanto es así que siempre que llega la nómina a su casillero suelen repetir «Abel... si viene». Al igual que este cargo a dedo hay otros, como los coordinadores de pedanías (cuatro pedáneos contratados) que, salvo una excepción, se desconoce el trabajo que hacen. Lo mismo ocurre con varios asesores de concejales, que ni siquiera acuden físicamente al Ayuntamiento, y a los que se ha visto acompañando a varios candidatos del PP durante la campaña. Por contra, otros puestos de libre designación están ocupados por personas cualificadas, que hacen un trabajo técnico que se puede comprobar a diario. Es el caso del personal del gabinete de prensa y de dos secretarios contratadas.