El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, fue el protagonista de la jornada de ayer en Murcia, al visitar la Región en el segundo día oficial de campaña electoral de cara a los comicios del próximo 26 de junio, a los que el gallego acudirá como candidato para alargar su mandato una legislatura más.

El líder popular fue el cabeza de cartel de un acto del PP en el que estuvo acompañado por el alcalde de la capital, José Ballesta; el candidato número uno al Congreso, Teodoro García, y el presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, al que mostró su apoyo expreso nada más comenzar su intervención en el Centro de Congresos del Auditorio Víctor Villegas. «Sabes que cuentas con nuestra simpatía, nuestro reconocimiento, y en mi caso, además, con mi apoyo total y absoluto», le dijo Rajoy al exconsejero de Educación y Cultura, sobre el que en la actualidad pesa una solicitud de imputación de la Guardia Civil en relación con la 'Operación Púnica'.

En un discurso marcado por las tensiones entre los populares y Unidos Podemos a nivel nacional -avalado por los resultados del CIS-, Rajoy tocó tangencialmente el problema del agua, para el que aseguró que la única solución sensata es un pacto nacional. También se refirió a la cuestión del AVE, en la que desde su Gobierno se ha «invertido mucho durante estos cuatro años, aunque todavía queda mucho por hacer: Murcia, Cartagena y luego Lorca.». Y, por último, también aseguró que los populares van a seguir apostando por el Corredor Mediterráneo, «porque eso mejorará la competitividad de nuestras empresas y, por tanto, el empleo, el bienestar y la riqueza de los murcianos y de todos los españoles».

Rajoy apeló a la 'confianza' para pedir el voto de los murcianos en una intervención totalmente polarizada en la que el gallego hizo énfasis en que, para el próximo 26J solo hay dos opciones: un gobierno del Partido Popular o un gobierno «nucleado en torno a Podemos, a los radicales y a los extremistas». «Y la alternativa a todo eso es ninguna», aseguró. «Vamos a decirle a los españoles que apostar por un gobierno a la griega es un enorme error que le haría muchísimo daño a España; vamos a decirle a los españoles que es un peligro apostar por aquellos que nos llevaron a la crisis económica que hemos tenido que superar con tanto esfuerzo; vamos a decirle a los españoles que en este momento no se debe apostar por quien no ha gestionado nunca nada de nada. Vamos a decirle a los españoles que no se puede apostar por aquellos que generan desconfianza entre inversores, agentes económicos y sociales, aquí y fuera; vamos a decir a los españoles que el nuestro es un partido político y no una pandilla de amigos nacidos en una televisión o producto del marketing».

Para el dirigente popular, los partidos emergentes «presumen de nuevos pero sostienen y defienden las ideas arcaicas, antiguas y superadas por el trascurso de la historia», mientras que el PP representa «un gobierno moderado y razonable que genera confianza»; y lo hace «con hechos». «Conviene recordar que hace cuatro años las cosas no estaban igual que hoy. Hoy ya nadie habla de la quiebra de España, que estuvo a punto de producirse. Hoy ya nadie habla del rescate, que evitó la sociedad española con su coraje, su determinación y fuerza interior. Hoy ya nadie habla de recesión o de crecimiento económico negativo; y ya nadie habla de eso porque, cuatro años después, España es el país de Europa donde más se crece. Hoy ya nadie nos cuenta, como ocurría cuando llegamos al Gobierno, lo que sube el paro en España, lo que baja el número de afiliados a la Seguridad Social. Hoy, mes a mes, se nos cuenta lo que aumenta el empleo. Ese es el verdadero cambio», afirmó.

Sin embargo, el actual jefe del Ejecutivo nacional reconoció que todavía se encuentran a medio camino, en mitad del proyecto que comenzaron en 2011 y ante el que se encuentra «con fuerzas» para volver a encabezar durante los próximos cuatros años. Y es que, reconoció, «lo malo que vivimos no está tan lejos como para no preocuparse»: «Lo bueno que empezamos a vivir no es tan sólido como para que nos podamos confiar». Por ello, Rajoy insistió en la necesidad de «perseverar en lo hecho», y, según su criterio, «nadie está en condiciones como el PP para ello»: «Se cambia lo que no funciona y se persevera en aquello que da resultados. Y las políticas económicas que se han puesto en marcha a lo largo de estos años y el esfuerzo de los españoles han dado resultados».

Además, Rajoy insistió en su promesa de alcanzar las 20 millones de personas trabajando en nuestro país al término de la próxima legislatura -500.000 empleos más al año- y rompió una lanza en favor de la Constitución, cuestionada por las otras tres grandes fuerzas: «Nos ha dado el mayor periodo de concordia, libertad y prosperidad de nuestra historia y, por tanto, no se discute».