«Qué gusto da salir a la calle», comentaban dos señoras a las puertas del pabellón de San Basilio al concluir el mitin del líder socialista, Pedro Sánchez. Estaban recién jubiladas y habían venido de Moratalla. En la calle había cerca de cuarenta autobuses esperando para llevar a muchos de los asistentes a sus respectivos municipios, y la candidata murciana, María González Veracruz, era muy solicitada por los asistentes para hacerse fotos y 'selfies'.

En Murcia se acusa a los socialistas de haberse alejado de la calle en los últimos años. Sin embargo, en el recinto abarrotado, la temperatura era elevada por la hora, las seis de la tarde, y por la ola de calor del entrado verano. Pedro Sánchez llegó desde Alicante, donde horas después se celebraban las hogueras de San Juan, la gran noche de fuego, petardos y tracas.

Están los socialistas en la encrucijada más difícil de su historia desde la Transición, por su pérdida continuada en votantes y por las dichosas encuestas que vaticinan un 'sorpasso' de Unidos-Podemos. En ese debate a veces no saben quién es el rival más peligroso, si Mariano Rajoy o Pablo Iglesias. Sobre todo les preocupa que los votantes les colocaran como la segunda fuerza política de las izquierdas, por aquello del día después y el futuro incierto.

De momento, a falta de dos días, la esperanza les mantiene y confían en la remontada y, ante la amenaza 'podemita', hubo movilización y concentración histórica en el pabellón de San Basilio. No faltaron los diputados regionales, los alcaldes y concejales de todos los municipios, los candidatos y los dirigentes orgánicos, algo previsto y previsible. Nombrar a todos sería agotar el espacio y la tinta de las negritas.

Más destacada fue la presencia de 'rejuvenecidos reservistas', desde lugares discretos pero visibles. Enrique Amat compartía conversación con Enrique Martínez; Pedro Antonio Ríos, con Juan Romero, cerca de Teresa Rosique. Ramón Ortiz, Francisco Oñate, Roberto García o José Salvador Fuentes Zorita. Y con las ausencias tampoco hubo sorpresas. Nadie esperaba ver por allí otros nombres históricos que están en la mente de todos, y no precisamente por su concordancia por dirección regional que lidera Rafael González Tovar.

Era una fiesta para la nostalgia, con militantes de UGT y del PSOE que hacía años que no recordabas, ex altos cargos de aquellos años en los que la Región era un granero de votos del partido, tenían más de 15.000 militantes y gobernaban en los grandes, pequeños y medianos ayuntamientos, cuando disputaban el quinto escaño de los ocho a elegir...

Y ahí estaban, ya sin los ánimos conspirativos de aquellos tiempos gloriosos de las familias y las mesas camilla, dando con su presencia el empuje para la necesaria remontada, alentando a un grupillo de jóvenes que se ven desbordados, porque aunque son muy voluntariosos, su número es escaso para tanto cometido. Intentando luchar por un tercer diputado y mantener el senador.

Pedro Sánchez y María González encontraron calor en el pabellón, tanto por la hora como por la presencia multitudinaria, a pesar de la media de edad de los cruzados de la causa. En personal salió contento e ilusionado con las intervenciones de sus candidatos.