«Las reglas de juego europeas están condicionando la vida de muchísima gente», sostiene Sira Rego, que es la número dos de la candidatura de Unidas Podemos Cambiar Europa. Esta candidata (1973), nacida en Valencia aunque se siente madrileña desde hace muchos años, defiende una «visión crítica» de la estructura de la Unión Europea. «Parte de la precariedad murciana se explica por las decisiones de Europa», cita como ejemplo. Rego, de campaña por todo el país, intervino ayer en Murcia, en el Jardín de la Seda, donde prometió mejorar la protección de los recursos naturales.

«Procuro ser pedagógica en las intervenciones sobre Europa para explicar que allí, aunque quede muy lejos, se toman decisiones que influyen en nuestra vida cotidiana». Señala que hace falta tener más presente a Europa en el debate político, relegada a un segundo plano «también por la intencionalidad del viejo bipartidismo». Reivindica que hay otra receta europea más allá del paradigma de PP, PSOE y CS, «que han votado juntos en el 75% de las votaciones». Su modelo, expone, pasa por «poner por delante las necesidades de los pueblos para que se pueda vivir con dignidad».

La Región es un ejemplo de cómo se refleja el modelo productivo de la Unión. «De la misma manera que Alemania se queda con la industria de la UE, se generan unas relaciones subalternas, sobre todo en la periferia sur, muy dependientes de la industria alemana y que tienen procesos de desindustrialización. Y así lo vemos en Murcia: la Región ha perdido muchísima industria de transformación alimentaria, aquí hubo grandes conserveras que han desaparecido. Se ha perdido mucha industria local que fijaba puestos de trabajo con un valor añadido», lamenta.

Por eso Rego aboga por una industria más moderna y adaptada a las necesidades del siglo XXI, como el cambio climático, la innovación y las energías alternativas. Y también por incluir al agua en la agenda. «Según las últimas sentencias del Supremo, hay que respetar el caudal ecológico del Tajo; pero tampoco podemos dejar detrás a los agricultores. Hay que investigar de qué manera desarrollamos estrategias alternativas que permitan repartir los recursos y que nadie se quede sin su medio de vida».

El primero paso es empezar a cambiar «la correlación de fuerzas parlamentarias». Aunque antes hay que «trabajar para lograr un buen resultado el 26M y trazar alianzas con la izquierda europea y con movimientos y sindicatos que buscan una alianza europea diferente». ¿Y qué se puede hacer desde el escaño del Europarlamento por los murcianos? «Defenderemos que las reglas de la política Agraria Común sean distintas. Los agricultores murcianos del sector de la almendra reciben menos ayudas». A su juicio, «la PAC no tendría que otorgarse a quien tenga más hectáreas en propiedad sino a quien está produciendo la tierra», apunta, renegando del modelo de financiación «porque acaba en manos de las familias de Cañete y de Alba y no en los agricultores».