Podemos sufrió una debacle el 26M. Pasó de los 84.577 votos que en el año 2015 los impulsaron como tercer partido de la Región de Murcia con seis escaños a recibir 36.163 apoyos en las elecciones autonómicas del pasado domingo. La formación morada queda ahora relegada como quinta fuerza de la Asamblea Regional con sólo dos diputados tras dejarse cuatro en las urnas. ¿Dónde estuvo el problema? ¿Qué ha fallado? Para el diputado nacional Javier Sánchez Serna, afín a las tesis de Pablo Iglesias, y para la número tres de la candidatura regional y miembro de la directiva regional María Marín, que se ha quedao a las puertas de entrar en la Cámara regional, el batacazo se debe a dos causas: el fiasco de no lograr la confluencia con Izquierda Unida y una campaña autonómica en la que «apenas se han marcado distancias con el PSOE».

Sánchez Serna y María Marín así lo reseñan en un artículo firmado entre ambos y publicado en La Opinión. Sin mencionarle explícitamente, critican las estrategias del líder regional, Óscar Urralburu, más próximo a Ínigo Errejón. «Ofrecer pactos preelectorales al PSOE o llegar a las vías con Diego Conesa y alzarle el brazo como ganador quizá tuvo efectos más negativos que positivos», recriminan. Se refieren a las propuestas que lanzó en el mes de septiembre Urralburu al líder socialista, Diego Conesa, y también a la imagen que compartieron dirigentes de Podemos con los socialistas en julio del año pasado, cuando festejaron la decisión del Gobierno central de dar prioridad al soterramiento de las vías en Murcia frente a la entrada del AVE por superficie.

A juicio de Sánchez y Marín, «ha faltado mayor autonomía y perfil propio respecto al PSOE». Y agregan: «Hay que reflexionar: cuanto más nos aproximamos al PSOE, más desdibujamos nuestro proyecto. Toca repensar nuestras relaciones con el PSOE y defender un proyecto político autónomo, sabiendo que los acuerdos de gobierno son a posteriori».

Pero la primera causa del desplome es «no identificar la coyuntura política, muy distinta a la de 2015». Argumentan que ante un PSOE que partía como «carro ganador» en un escenario favorable a Pedro Sánchez, la división del espacio les ha penalizado. «A Podemos y a IU les ha ido peor por separado, cuantitativa y cualitativamente», señalan, porque si se hubiera mantenido la candidatura de Unidas Podemos [Podemos e IU concurrieron juntos el 28A] se habrían obtenido como mínimo tres diputados y se habría logrado representación en diez municipios». Esto significa que «se ha fallado al mandato de las bases que demandaban confluencias electorales amplias».

Sánchez Serna ya afeó en el mes de enero a Óscar Urralburu que «no buscara la unidad en la Región» por no lograr la confluencia con IU.