En tiempo de campaña, las palabras de los políticos vuelan a la caza del voto y el viento se las lleva... o no. Ahí queda la hemeroteca, que recuerda todas las sentencias expresadas antes del paso por las urnas. Algunas declaraciones hacen presos a sus dueños; otras revelan un estado de ánimo de un momento determinado. Por ejemplo, a cuatro días de las elecciones el líder del PP aseguraba en una entrevista con este diario que no había dedicado ni un minuto a valorar la posibilidad de una derrota. Lo quisiera reconocer o no, había argumentos para pensar en la derrota: la fragmentación del voto del centro derecha, la victoria del PSOE murciano en las generales, los datos de las encuestas augurando una lucha en un puño... «No me planteo no ganar», afirmaba López Miras. «Ni se me ha pasado por la cabeza», decía, convencido de que «el PP no va a perder el Gobierno porque va a ganar las elecciones en la Región».

Días después se confirmaba que el PP sufría su primera derrota en unos comicios autonómicos desde 1991. Aunque, en honor a la verdad, el gobierno para los populares no está perdido: los pactos pueden salvar al PP.

Los discursos de Diego Conesa en la campaña estuvieron marcados por la moderación. El líder de los socialistas murcianos se mostró especialmente comedido en los debates y dejó pocos titulares altisonantes. Pero el 22 de mayo expresó una reflexión llamativa en una entrevista con la Agencia Efe: apuntó que no era partidario de un gobierno de coalición, dando por cerrada la puerta a esta fórmula. «Tras cuarenta años de Democracia nunca ha habido un gobierno de coalición y, aunque estamos cerca de verlo, la Región no está preparada todavía para ello, máxime cuando puede haber cierto choque programático», manifestó, añadiendo: «Todavía le queda una legislatura para asimilar la cultura de los gobiernos de coalición».

El PSOE, que logró el triunfo el 26M, necesita a Ciudadanos para poder gobernar. Si los naranjas aceptan decantarse por los socialistas -algo que está por ver-, la traducción de este apoyo también está por definir: ¿Coalición? ¿Gobierno en minoría con respaldos puntuales? ¿Sólo un apoyo en la investidura? La formación naranja, que todavía no ha desvelado su posición, sí ha señalado que quieren formar parte de los gobiernos, como así aseveró Albert Rivera en la noche electoral.

Ciudadanos ha sido uno de los partidos que más ha medido sus palabras, haciendo incluso malabarismos. Porque emitían un «mensaje ganador» con apelaciones al cambio a la vez que vigilaban sus afirmaciones para evitar pronunciarse en pactos. Pero sí dejaron frases categóricas, como Inés Arrimadas en su visita a Murcia el pasado 19 de mayo: «No os merecéis que las noticias de Murcia que más llegan a toda España sean los casos de corrupción del PP. No os lo merecéis. Yo quiero enterarme de las noticias por el talento de esta tierra, por sus empresas, por el turismo, por la agricultura... Por todo eso tiene que ser y va a empezar a ser noticia la Región: por el cambio que se va a producir, porque 24 años son muchos, 24 años es tener un proyecto agotado. ¿Os imagináis ahora 28 años gobernando los mismos y haciendo lo mismo?».

Su candidata en la Región, Isabel Franco, eludió pronunciarse durante toda la campaña. Y antes que decantarse por uno o por otro partido, prefirió dar calabazas a los dos sin cerrar definitivamente la puerta: «Veo muy difícil alcanzar un acuerdo con el PP y también lo es con el PSOE», dijo en el debate organizado por La Opinión: «Es muy difícil avalar una prórroga después de 24 años del PP, que muestra agotamiento y también es complicado avalar la corrupción», afirmó al tiempo que lamentaba «la justificación de Conesa de subir impuestos, unida a la política de Pedro Sánchez».

Todavía se ignora qué posición tomará Isabel Franco, dueña de las llaves de la gobernabilidad, pero en una entrevista con este periódico realizada antes de las urnas reconoció que «sin lugar a dudas hay que acabar con 24 años del PP en la Región de Murcia». En esta misma entrevista, avisaba de que el mismo domingo de las elecciones se despejarían las dudas: «No vas a necesitar ni que te diga yo cuáles serán los posibles pactos: los vas a ver tú con las cuentas sobre la mesa. Serán cuentas reales», dijo. Pero todavía se desconoce cuáles son las cuentas de Ciudadanos...

Un candidato que mantenía un discurso optimista era Óscar Urralburu. Aseguraba que el 26M se comprobaría «que va a ser posible un acuerdo entre el PSOE y Podemos». El acuerdo sigue siendo posible hoy día, pero irrelevante a afectos de la gobernabilidad en la Comunidad: la suma es insuficiente. El líder regional de Podemos aspiraba a ser el partido que garantizara que «el PSOE no se incline hacia Ciudadanos» y llegó a manifestar que el voto de su formación «valía triple», porque «evitaba a la extrema derecha, evitaba que mandara Rivera en la Región y garantizaba un gobierno progresista». Las urnas han dado al traste con los planes de Podemos: Cs decide, la formación morada es intrascendente en los pactos y que el gobierno sea progresista queda en manos del PSOE.